En voz de los médicos que todos los días han de servir en el Hospital General de Tijuana, la situación “está peor que hace dos años”. “Simplemente no hay insumos, pero peor aún, no hay el mínimo interés de parte de las autoridades por darnos lo básico”, comentó uno de ellos. ¿Qué les hace falta? Ahí le va. De entrada, “no hay anestésicos, y por ende, no hay cirugías, no hay antibióticos, no hay soluciones, electrolitos, analgésicos, relajantes musculares, tubos para tomar muestras sanguíneas, sistemas de aspiración”. Esta situación se ha presentado desde hace varias semanas y empeora cada día. Ante el desabasto, los enfermos de COVID están muriendo de forma más rápida. El lunes 27 fallecieron diez personas, el martes igual y lo mismo el miércoles 29 de septiembre. Y negligentes, pero en conocimiento de la situación del Hospital General de Tijuana, las autoridades de Salud informaron a los médicos que se cerraba, definitivamente, el área de Urgencias para pacientes que no fueran COVID. Para colmo, los doctores no han tenido el respaldo del director del HGT, Alberto Escamilla. Respecto a los medicamentos, entre muchos otros, requieren de Buprenorfina, Vecuronio, Cefepime, Ceftazidima, Carbapenémicos, Vancomicina y tubos del 7, 7.5 y 8. Además de soluciones glucosadas, Omeprazol, Paracetamol, Tazobactam, Doxiciclina, Claritromicina, Enoxaparina, catéteres centrales y guantes. De todo este desabasto se ha puesto al tanto a los directivos del Hospital General y a los funcionarios de la Secretaría de Salud, pero la respuesta ha sido la omisión. Los médicos deben entregar, fuera del hospital, recetas a los familiares de los pacientes para que sean estos quienes provean tanto los medicamentos como los insumos para el tratamiento de sus pacientes. Y lo hacen de esta forma, porque eso sí, de manera muy digna y rígida, el director del hospital prohibió que se emitan recetas del HGT para los familiares de los enfermos, y dar la falsa impresión de que no requieren nada y cuentan con todo. La realidad es que, hacia el final del gobierno de Jaime Bonilla y en la tercera ola de contagios de COVID-19, el Hospital General de Tijuana sigue tan en el abandono como desde que el ingeniero tomó posesión y al inicio de la pandemia mundial por el virus SARS-CoV-2. Así que si Usted, Lector, ciudadano, desea apoyar al HGT, ya sabe las carencias y lo que hay que adquirir para ayudar a los médicos a dar la batalla contra la enfermedad COVID-19.