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viernes, febrero 16, 2024
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Fantasías sexuales

Conzultoría Matrimonial y Familiar

 


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En las últimas décadas se ha logrado que las fantasías sexuales pasen a ser una parte fundamental de una vida sexual sana y completa. Las fantasías son ideas o imaginaciones que ponen en juego nuestra creatividad sexual; una fantasía es una representación mental que evoca algo que vivimos o algo que creamos en nuestra mente que nos provoca excitación. Están muy relacionadas con el desarrollo sexual de cada persona; y, a su vez, con las experiencias que se van viviendo, la cultura y las informaciones que se van recabando con respecto a la sexualidad a lo largo de la vida, como todo lo que nos estimule, para conocernos y buscar nuestras fuentes de inspiración, sabiendo que todo queda en nuestra mente.


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La capacidad de fantasear es muy saludable, en la imaginación erótica no hay restricciones. En general, no tenemos un control directo sobre nuestras fantasías; en cambio, sí sobre nuestras acciones. Por ello, hemos de saber que no son nuestras fantasías los que nos definen, sino nuestros actos.

En las parejas todo es posible, siempre y cuando exista una buena comunicación sexual, algo que lamentablemente es bastante pobre en muchas parejas hoy en día; compartirlo es todavía un nivel muy avanzado de comunicación sexual. La pareja lo ha de entender como un deseo que no tiene por qué llevarse a la práctica y es positivo que aprendan a estimular estas fantasías en la mente del compañero. Sin embargo, la mayoría de personas cree que su pareja no está preparada para entender sus fantasías sexuales y prefiere no contarlas.

El pensamiento es libre y nuestra capacidad de fantasear también, por lo que es muy diferente pensar que hacer. Además, pensamiento no significa deseo real. Esto no quiere decir que quieran llevarlo a cabo, sino que simplemente pasa en la intimidad de sus pensamientos. Compartir este tipo de fantasías, sobre todo si es con algún conocido, puede causar conflictos dentro de la pareja en ambos casos.

Hay estudios donde indican que en el caso de las mujeres hay elementos más emotivos y románticos, y suelen ser fantasías más elaboradas; mientras que los hombres son más visuales y tienen un papel más activo en sus fantasías. Y no experimentar culpabilidad por ello. Lo relevante de las fantasías sexuales es que son extremadamente útiles para la vida sexual de las personas, que así lo consideren y quieran, con la finalidad de enriquecerla y que esta sea más placentera y saludable. Por tanto, todo aquello que las mujeres, y sus parejas hagan en esta dirección, redundará en unas relaciones sexuales de mayor calidad.

Los hombres parecen tener una mayor habilidad para fantasear que las mujeres porque, muy probablemente, dedican mucho más tiempo a desarrollar esa capacidad, es decir ponen más horas en tal empeño. Algunos de los contenidos que más a menudo utilizan los hombres: relaciones con más de una mujer, situaciones de dominación-rol activo y prácticas sexuales novedosas. En lo que concierne a la mujer serían: sexo lésbico, encuentro con desconocidos, situaciones de sumisión-dependencia-dominación; o ser observada por otros mientras hace el amor salvajemente, provocando descaradamente a los mirones, Incluso se sabe que los días de la ovulación femenina parecen ser más proclives a fantasear.

Algunas mujeres rompen en sus fantasías el papel cultural les ha otorgado durante siglos. En su imaginación se trasforman en protagonistas del guion que ellas mismas pueden elegir libremente, sin dar explicaciones a nadie, haciendo el amor con quien le place, muy a menudo con hombres más jóvenes, sin tener nada que justificar. Con uno o dos amantes simultáneamente, siendo sumisas o dominantes, pidiendo que las aten o atar al otro/a.

Muchas personas confunden el deseo y la fantasía, pero no es lo mismo. La fantasía nace y se recrea en la mente sin llegar a realizarse en la realidad; el deseo sí, hay una intención de culminarlo, si nos vamos a la cama con deseo sexual, aunque sea de manera inconsciente, nuestro cerebro generará un sueño erótico para satisfacer nuestro deseo. De este modo, el sueño es un objeto verdadero de liberación que nos permite cumplir necesidades sexuales y, por lo tanto, desenvolvernos mejor en la vida diaria.

 

El Lic. Roberto Bautista es terapeuta de parejas con maestría en Mediación.

Correo: bautista46@hotmail.com

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