Buen día tengan todos ustedes, quienes administran y encabezan el Semanario ZETA y a todos sus lectores. El motivo de esta nota es para comentarles lo siguiente:
Durante casi treinta años presté servicio en el gobierno municipal de Tijuana, desde principios de los 90s a la fecha; yo, joven, sin conocer prestaciones laborales, sin conocimiento de derechos y prestaciones, acepté la invitación para trabajar en el gobierno local, en donde todo ese tiempo me esforcé con entregar lo mejor de mí en el servicio público.
Pocas fueron mis citas al hospital Issstecali, con sus grandes excepciones, solo cuando fuera necesario, ya que ahí estaba asignado, y catorcena tras catorcena se me descontaba una cuota por tal derecho.
En el ejemplar número 2476 de Semanario ZETA, página 10, de la nota de nombre “Corrupción entre médicos y agentes” firmada por la investigación ZETA, me atreví a exponer lo siguiente, siempre y cuando -y por motivos de seguridad personal- no se revelaran mis datos generales, por un alto temor a las represalias por parte de quienes dirigen las instituciones de gobierno a las cuales pertenecí durante años.
En la nota expone el Semanario unos actos de corrupción entre el personal médico del hospital y posibles agentes relacionados, al parecer, con grupos delincuenciales de la región; eso es tan claro que años atrás ya se había presentado, y en donde policías y demás fueron llevados a Nayarit y otros Estados del país, acusados de corrupción y contubernio con bandas delincuenciales.
¡Qué bueno!, felicidades por las autoridades que durante años han tratado de depurar la corrupción policial, solo que cometieron unos errores en tratar de encontrar a los posibles y verdaderos responsables.
Con base a la nota:
1.- Se tomaron medidas drásticas en la asignación de incapacidades, arriesgando la condición física del paciente por parte de la institución médica y -no lo dudo- por órdenes del gobernador; de 30 días, se redujo a 7.
2.- Que la pesquisa que llevan en contra de agentes policiales corruptos, arrastraron clínicamente prestaciones a funcionarios que no tienen vela en el entierro.
3.- Que tan grande fue el coraje del gobernador al leer la nota, que ordenó un ajuste administrativo interno en el hospital.
4.- Que hay pacientes médicamente atendidos, pero clínicamente expuestos y abandonados.
5.- Ordenaron un recorte parejo, autorizando únicamente incapacidades cada 7, días en donde pacientes con dificultad para trasladarse y moverse, madrugan a las 4 de la mañana para obtener cita, solo para acudir por medicamento e incapacidad.
6.- Que dentro de la administración pública que ya se va, son tan viscerales y cegados por la corrupción que no les importó que estén pagando justos por pecadores.
7.- Que dos semanas antes de que se destapara la cloaca de la nota por parte del Semanario ZETA, especialistas y médicos del hospital ya no querían dar incapacidades.
Con esto, quiero resaltar que alguien muy cercano a la dirección del hospital sí sabe lo que estaba pasando. Quién sabe hasta dónde subían esas cantidades escandalosas de dinero y, repito, arrastrando a pacientes que en verdad tenemos y sufrimos de enfermedades y padecimientos (no desde que entró Morena a gobernar Baja California, sino de años).
Son compañeros servidores públicos que están incapacitados desde hace tiempo: dos, tres, cinco, siete años… y así sucesivamente, por cuestiones laborales.
Tal parece que médicos y especialistas pagan piso a funcionarios y políticos para poder ejercer su función, y ahí es en donde entró dinero de la delincuencia organizada.
Por último, exhorto a las autoridades médicas, clínicas, de investigación y políticas que por humanidad no cometan abusos y excesos con pacientes que no están relacionados con la nota, pero sí perjudicados, ya que sabemos que con tal de obtener un resultado favorable para el gobernador y salir limpios de este hecho tan lamentable de corrupción y posible asociación delictuosa, son capaces de señalar justos por pecadores.
Entiendan, existen pacientes que se nos imposibilita acudir cada 7 días por un trámite administrativo, meramente por facilitar la investigación.
Les agradezco de todo corazón la oportunidad de que me dan en su Semanario y de no exponer mi nombre por lo que pudiera sucederme médica y laboralmente. Gracias.
Atentamente,
Paciente Issstecali.