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“La gramática no es binaria; la biología, sí”: Concepción Company

La lingüista Concepción Company Company acudió a la Feria Internacional del Libro de Coahuila (FILC), el viernes 17 de septiembre de 2021, para compartir en la Sala Manuel Acuña la conferencia magistral “Gramática, lenguaje incluyente y desigualdad de género”, donde advirtió que «estamos entrando en unos niveles de presión y de adoctrinamiento ideológico con el lenguaje incluyente, que asusta»; de hecho lamentó que «la presión política está llegando a niveles de estar marcados negativamente si no hacemos eso, eso sí es peligroso porque eso se llama dictadura a través del lenguaje».

Investigadora Emérita del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua y Miembro de El Colegio Nacional, Concepción Company Company dejó claro que la gramática no es binaria (masculino y femenino), a diferencia de la biología:


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«Lo esencial de la gramática, entre otros rasgos, es que es arbitraria totalmente. La gramática no es binaria: los femeninos no son a, y los masculinos no son o; eso ya hay que quitárselo de la cabeza. La biología sí es binaria: hombres y mujeres en el mundo. Pero las identidades sexo genéricas distan de ser binarias, absolutamente, no tiene nada que ver con hombre-mujer; es mucho más complejo que hombre-mujer una identidad sexo genérica».

La filóloga argumentó que el género gramatical no necesariamente coincide con el sexo del referente o de la persona a la que se refiere:

«El género gramatical y el sexo del referente, no tienen nada que ver. ¿A qué me refiero con esto? Género gramatical y sexo del referente –la persona a la que me estoy refiriendo- no tienen por qué coincidir: un hombre puede decir “soy una víctima” y una mujer puede decir “soy una víctima”; “víctima” es femenino, nos guste o no. “La humanidad” es femenina, hombres y mujeres. “El jurado” es masculino, hombres y mujeres. Es decir, no coincide para nada, porque es arbitrario, es un hecho heredado de nuestros tatatarabuelos. Y no queremos estar cambiando cada mañana: “hoy amanezco muy dominguero, hoy voy a hablar con el lenguaje incluyente”».


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Asimismo, la doctora en Letras con especialidad en Lingüística Hispánica por la UNAM, ejemplificó cómo los usuarios del “lenguaje incluyente” sólo lo emplean en situaciones o referentes positivos para dar la impresión o imagen de ser “inclusivos”, pero no en aspectos negativos:

«El lenguaje incluyente sólo se usa para referentes positivos, es todo bonito, todo lindo: “estimadas todas, estimados todos”; “queridas todas, queridos todos”; “las y los jóvenes en edad de votar” -esto es del INE de hace unos meses-; “las diputadas y los diputados”. Estamos entrando en unos niveles de presión y de adoctrinamiento ideológico con el lenguaje incluyente, que asusta».

«La cosa es que (el lenguaje incluyente) nunca se emplea con referentes que son negativos ni con elementos negativos. Yo nunca he visto una noticia que diga: “las violadoras y los violadores de la ley serán castigados, o castigadas y castigados”; “las y los homicidas gozan de impunidad en este país”, eso no se dice; “fueron detenidos un halcón y una halcona”, tampoco se dice; “esta pandemia ha causado mil muertas y mil 300 muertos”, no sé ustedes, pero yo nunca le he oído al Subsecretario de Salud (Hugo López Gatell) dar cifras de masculinos y femeninos».

Además, durante su elocuente explicación, Company Company señaló en torno al uso de la e como supuesta marca de inclusión:

«Las feministas, como saben, la usan (a la e) como indicación de inclusión y de equidad: “nosotres”, “todes”, “compañere”; anda por todas partes esa e. Pero no hay, yo no lo he encontrado, en indefinidos, estos indefinidos de generalización, como: “cualquiere”, “los alumnes”. ¿Cuál es la efectividad real en equidad del empleo de esta e, de esta estrategia de “compañere”? Pues ninguna, la verdad, porque la gramática es una rutinización, es una herencia de rutinas adquiridas».

En cualquier caso, la autora de “El siglo XVIII y la identidad lingüística de México” (Academia Mexicana de la Lengua, Universidad Nacional Autónoma de México, 2007), lamentó la presión social y política que supone el intento de imponer el “lenguaje incluyente” por parte de la agenda política y algunos grupos sociales:

«Lo que sí estamos asistiendo es una presión social y política para usar el lenguaje incluyente muy alta, a un ideario, a una ideología basada en el lenguaje que a mí me parece bastante peligrosa porque la presión es altísima. La presión política está llegando a niveles de estar marcados negativamente si no hacemos eso, eso sí es peligroso porque eso se llama dictadura a través del lenguaje».

Company Company insistió en que el “lenguaje incluyente” es sólo “una cortina de humo”, ya que, expuso, el verdadero problema es la desigualdad entre hombres y mujeres y la inequidad social:

«El lenguaje incluyente es una cortina de humo, es peligrosa, porque tranquiliza conciencias sin soluciones reales, invisibiliza el problema de fondo que es una gran inequidad y no produce cambio social real. En la última FIL que hubo presencial (2019), yo propuse que se sacara de la agenda política el lenguaje incluyente, para que avanzáramos en la verdadera lucha feminista; y bueno, ¡las feministas se me fueron encima!».

«El lenguaje incluyente es mucho ruido, y ruido peligroso porque estamos abocando todo en este problema y muy pocas nueces en los hechos. El verdadero problema es el de la desigualdad, esta inequidad social, gran discriminación por sexo, muchos feminicidios; es vergonzante para nuestro país, una tremenda violencia machista».

Finalmente, más allá de educar o ceder ante la presión política o social para el uso del “lenguaje incluyente”, la lingüista advirtió sobre el verdadero desafío:

«El gran reto es educar en la igualdad desde las políticas públicas, pero para educar en la igualdad hay que meterle dinero al Producto Interno Bruto (PIB). Países como Finlandia, tiene 7 por ciento, Estados Unidos tiene el 5 por ciento dedicado a educación, de su PIB; España, que no es ejemplo de nada, tiene 1.8 por ciento. Nosotros (en México), en esta administración (en el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador), bajó a menos de 0.5 por ciento (del PIB) en educación y cultura», concluyó la lingüista Concepción Company Company, entre aplausos en la Sala Manuel Acuña durante la Feria Internacional del Libro de Coahuila 2021.

Durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2018, la doctora Concepción Company Company concedió una extensa entrevista a ZETA sobre el llamado “lenguaje inclusivo”, misma que puede consultarse en el siguiente enlace:

https://zetatijuana.com/2019/03/la-gramatica-no-tiene-sexo-no-es-ni-incluyente-ni-excluyente-concepcion-company/

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Autor(a)

Enrique Mendoza
Enrique Mendoza
Estudió Comunicación en UABC Campus Tijuana. Premio Estatal de Literatura 2022-2023 en Baja California en la categoría de Periodismo Cultural. Autor del libro “Poetas de frontera. Anécdotas y otros diálogos con poetas tijuanenses nacidos en las décadas de 1940 y 1950”. Periodista cultural en Semanario ZETA de 2004 a la fecha.
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