De Trez en Trez
Uno.- Salta a la vista. En el Gobierno Federal y en algunos estatales encabezados por Morena, basta con que el Presidente López Obrador comente, reniegue, critique, sugiera o diga algo sobre algún asunto de su muy particular interés, para que más rápido que ya, se haga lo que él quiere. Lo obedecen sin chistar, a veces sin apegarse al marco legal.
“No le cambien ni una coma” casi ordenó, y no se la cambiaron sus legisladores federales a la reforma eléctrica, la aprobaron tal cual. “¿Ustedes creen que yo tuve que ver con la carta? Pues no, fue una decisión abajo. Si me hubiesen consultado, hubiese dicho no, somos libres, prohibido prohibir”, así se deslindó de la carta compromiso que la SEP pedía a los padres, madres y tutores de los menores para el regreso a la escuela; no bien terminaba de hacerlo cuando la Secretaría de Educación Pública (SEP) eliminó dicho requerimiento del proyecto de Acuerdo secretarial, con el cual se establecen las diversas disposiciones para el ciclo escolar 2021-2022. Se dejaron en 9 y no 10 las acciones claves para el retorno a clases presenciales.
Para “cumplirle su sueño” a la Ministra de la SCJN en retiro, ex senadora con licencia, ex secretaria de Gobernación, AMLO la regresó a su escaño; pero para su consuelo la hizo nombrar Presidenta del Senado y para eso, otras cuatro senadoras que aspiraban a dirigir la cámara alta “declinaron” en su favor, incluso no se realizó ninguna elección interna entre los senadores morenos. La instrucción, sin duda, “vino de arriba.” Y Doña Olga ya preside el senado, aunque sea con votación dividida: 79 votos a favor, 17 en contra, una abstención y sin la asistencia de algunas “declinantes” y otros legisladores.
Doz.- El más reciente ejemplo (seguramente no el último) de esta obediencia y pretendida transparencia, es el relacionado con el “enfrentamiento” entre el panista Ricardo Anaya y el Presidente. En su “mañanera” desde Xalapa, Veracruz, López Obrador afirmó: “Ya no es el tiempo de antes en el que el presidente le ordenaba al procurador qué hacer. Eso ya cambió. También no tengo nada que ver con el Poder Judicial; es un poder autónomo, independiente (…) no es como antes que el presidente daba órdenes”.
Antes, AMLO había calificado al panista ex candidato a la presidencia en 2018 como “chueco, hipócrita, marrullero y ladrón”, para luego instar a la Fiscalía General de la República (FGR) a transparentar las razones del citatorio a Ricardo Anaya: “Entonces, que la Fiscalía y el Poder Judicial informe, que no se vaya a quedar todo en que por el debido proceso no se puede dar información (…) ojalá que la Fiscalía dé a conocer el por qué es el citatorio”.
Trez.- Por la tarde de ese mismo día, la FGR dio a conocer un inusual comunicado, detallando en una “versión pública” la imputación contra Ricardo Anaya; supuestos nombres, fechas y cantidades por las que Anaya “entregaría el patrimonio petrolero a países y empresas extranjeras”. Luego entonces, las circunstancias no han cambiado tanto como afirma AMLO. Hasta el titular Gertz Manero (que poco se deja ver) apareció en forma virtual en la Sesión Plenaria de la bancada de Morena en el Senado para comentar al respecto.
Aclaro, no se trata en modo alguno de defender a Ricardo Anaya. Para nada. El que la haya hecho, que la pague, sea quien sea. Señalamos solamente cómo se obedece sin chistar el más mínimo deseo del Presidente, aunque en ocasiones esté en juego la división de poderes, el respeto por las leyes, el sigilo y la secrecía de investigaciones o juicios, así como el debido proceso.
P.D.- “Ojalá” que igual se dieran a conocer toda la información que este gobierno ha clasificado como reservada hasta por cinco años. Variados contratos de construcción, compras, obras, proyectos y también expedientes legales harto importantes. Pero según el INAI, casi 8 mil asuntos están convenientemente reservados…
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.
Correo: profeohe@hotmail.com