David Charbonier y Justin Powell se acaban de colocar en la mira de quien se jacte de ser un cinéfilo con esta poderosa ópera prima que se inserta en el catálogo del Género H con bombos y platillos.
Y es que se trata de una película verdaderamente espléndida, escrita y dirigida por este dúo dinámico de la pantalla grande que lo mantiene a uno al borde de un ataque de nervios de principio a fin.
La historia le pertenece a Kevin (Ezra Dewey) y Bobby (Lonnie Chavis), un par de chicos de 12 años de edad que un buen día, al ir caminando rumbo a un campo de beisbol, son secuestrados por un desconocido. Bobby se libera, pero al tratar de huir escucha los gritos desesperados de su amigo que está en algún lugar de una vieja casona y decide rescatarlo.
A partir de ahí comienza un tremendo juego del gato y el ratón que se intensifica con cada paso bien calculado que da Bobby dentro de esa horripilante casa, apenas guiándose por la voz de Kevin. La cámara de Julian Estrada sigue a cada personaje prácticamente en lo individual, pues están separados la mayor parte de la película.
Por suerte los jóvenes actores fueron tan bien dirigidos y, gracias a su evidente talento, pudieron sacar adelante este thriller que mantiene al espectador en vilo, porque cada vez que hay un avance, viene un retroceso inesperado en la carrera de los niños por escapar de ese lugar.
Por lo demás, no se debe ahondar en la trama, porque, vaya, arruinaría esta espléndida experiencia cinematográfica que hay que procurar lo antes posible. Tal vez estemos ante un filme destinado a ser un clásico del terror en 2021. Sin exagerar. ****
Punto final. – Y pensar que “El conjuro 3” ya anda en las plataformas vía streaming.