La frase que da título a estas líneas procede de un proverbio latino consignado por Publio Terencio Africano. Dice homo sum, humani nihil a me alienum puto (“hombre soy, nada humano me es ajeno”); lo escribe en su comedio He autontimo rumenos (“El enemigo de sí mismo”) en el año 1965, A.C.
Ahora me toca a mí, como ser humano que vive en un mundo real; y no soy solamente para mi nacionalidad mexicana, sino para todas las nacionalidades, porque hoy me considero un ciudadano del mundo, aunque las fronteras me digan que soy puro mexicano.
Entonces, para empezar, el enemigo del hombre es el hombre mismo; me remontaría desde las cavernas, en que las necesidades de subsistencia le permitieron desarrollar vestimentas, utensilios de caza, y con ello tuvo que robar, matar, injuriar… y de ahí nacen todos los defectos y cualidades del hombre. Siempre ha existido en la humanidad el bien y el mal, y no voy a utilizar las religiones, sino lo que la humanidad ha hecho.
La envidia surge desde el tiempo de las cavernas, por el hombre fuerte que se autoproclama jefe y tiene derecho a todas las mujeres, no importando de dónde provengan o a quién se han ayuntado.
Una vez que el hombre se hace guerrero, conquista, a fuerza de matar humanos sin compasión, muchas veces por engrandecimiento de su ego o quizá para ser venerado como semidiós en la posteridad. Es el caso de Alejandro Magno, Julio César y tantos nombres históricos que los libros repiten, y de ello nacen los subalternos que quieren participar de la gloria y fama… y también empiezan con sus maquinaciones.
De igual forma, el hombre bueno ha existido desde los tiempos inmemoriales, y quizá los tengamos representados en sabios, santones; y es cierto que en el mundo han aparecido avatares que nos dicen que debemos cambiar en las formas de ser, y cualquiera de estos tipos que son superhombres llenos de un espíritu de moralidad y fraternidad que siembran en los humanos el bienestar social para una vida confortable.
Hoy veo con tristeza en mi México la envidia, la corrupción, el asalto a las instituciones, el robo, el asesinato, las vejaciones, el odio, y sobre todo la corrupción. Y vaya que hemos tenido ejemplos históricos de estos hombres, que desde nuestro país naciente hasta nuestra actual nación, a fuerza de compadrazgos se han encumbrados; otras veces por las hermanas, hijas e incluso esposas, que sacrifican en aras de un puesto político.
Y en esta epidemia de COVID-19, veo con tristeza a nuestros hermanos mexicanos, que no se saben comportar a las necesidades comunitarias para poder salir de esta pandemia; los vemos vendiendo equipo, cubrebocas, materiales de limpieza, a diestra y siniestra y aún con slogan en la televisión. Lo que yo creo -y lo digo- es que a río revuelto, ganancia de pescadores.
Para terminar, en esto de que si de humanos proviene, nada me es desconocido… ya todo ha sido históricamente vivido en otros tiempos; y si de político me refiero, habrá siempre sus detractores, inconformes. Y los que representan el poder, deben estudiar al ser humano como es: dual en su bien y mal.
No esperen que un gobierno centralista no tenga sus detractores aun en su misma camarilla; y en México, con 28 secretarios de gobierno, 32 gobernadores, 6500 municipios, diputados, senadores, Poder Judicial, más los elementos que conforman parte del gobierno y los que ya fueron (y aún mandan), y quien sea, no se conformaron con lo que el tiempo les dio, o lo que el viento les llevó.
Gracias, y espero que nadie me diga que no somos dual. Algunas veces somos buenos y otras veces malos, con conocimiento y sin él. Pero ya y dejemos de ser el México vale maíz.
Atentamente,
Dr. Jesús Fernando Jaramillo Cisneros.
Tijuana, B.C.
Correo: drferja@hotmail.com