En la semana que termina, la secretaria de Bienestar del Ayuntamiento de Tijuana, Melba Adriana Olvera Rodríguez, tuvo una buena noticia y una mala experiencia. La primera, fue que la gobernadora electa, Marina del Pilar Ávila Olmeda, la designó en su equipo de transición para recibir la administración estatal que aún encabeza Jaime Bonilla Valdez. La segunda, fue un trago amargo con las colaboradoras cercanas de la alcaldesa suplente de Tijuana, Karla Ruiz Macfarland, quienes en un acto impropio de la institución para la cual trabajan, decidieron, frente a prensa e invitados, “bajarla” de un presídium en el que Melba participaba como secretaria de Bienestar que es. Ante la sinrazón, Olvera adelanta su salida de la administración municipal para integrarse de lleno a la transición estatal. En el inter, también sale del Ayuntamiento la directora del DIF, Magdalena Bautista, luego que las mismas colaboradoras de la presidente municipal suplente se tomaron facultades que sólo competen a la jefa inmediata superior de la dirección del DIF, que es precisamente -o era- Melba Adriana, como solicitar información de orden administrativo y financiero. Llama la atención que, en la semana de su informe, de repente la alcaldesa suplente haya decidido sacarlas del equipo, cuando restan escasos dos meses para que concluya la administración que inició Arturo González Cruz y concluirá Ruiz Macfarland. Qué raro.