Es un thriller al que le falta adrenalina, y no es tan grave como podría suponerse por dos factores: un estupendo elenco y la cinematografía, apoyada en los hermosos paisajes de Grecia, lugar donde comienza la pesadilla de Beckett (John David Washington), un turista americano que estando de vacaciones con su novia April (Alicia Vikander), sufre un accidente automovilístico.
A raíz de esto, se enreda en el secuestro del sobrino de uno de los principales políticos del país al que apenas vislumbra. Víctima de la tensión del gobierno y la fuerza de un partido nacionalista de extrema derecha que controla a la policía, el protagonista emprende así una larga carrera para buscar la protección de la Embajada de Estados Unidos. El problema se desencadena al llegar a la sede diplomática, y justo eso es la base de la película que tiene su buen suspenso en la medida que todo se convierte en un sofisticado juego del gato y el ratón, entretenido, claro, pero no suficientemente trascendente para llevarla al siguiente nivel.
Un punto a favor es que Washington entendió a la perfección su papel, de un héroe obligado a serlo, un vil mortal que va descubriendo sus habilidades en la medida en que entra en pánico, lo envuelve la confusión y se percata del peligro de las autoridades locales, en las cuales se supone que debería confiar para salvar su pellejo.
El director Ferdinando Cito Filomarino sacó apenas adelante esta cinta que a ratos raya no en el extremo, sino en lo ridículo, pero la acción predomina y al fin se desarrolla bien, como un estreno que vale la pena ver, cuando las series saturan Netflix y se antoja más un largometraje sólo para pasar el rato. *** y media
Punto final.- El miércoles 18 de agosto se estrenó en Netflix “Otra ronda”, la joya danesa que ganó el rubro de Mejor Película Internacional en la edición pasada del Óscar.