Hace unos días, a propósito del asesinato de 15 personas en Reynosa, Tamaulipas, el presidente López Obrador, insólito, refirió el hecho que calificó de “un ataque cobarde”, y solicitó a la fiscalía general de la República (que es autónoma), que atrajera el caso (lo cual hizo de inmediato).
Lo que sucedió en Reynosa, es hora que las autoridades, ni estatales ni federales, han proporcionado un informe de la investigación inicial, si acaso la están siguiendo. Lo que se conoce, por medios de comunicación, es que un comando criminal ejecutó a las 15 personas en cuatro colonias, sin un hilo criminal conductor, y solo por matarlas. Además, que, entre los asesinados, hay personas que se dedican a oficios diversos, y aun no relacionados con el crimen organizado.
Pero hechos como el de Reynosa del sábado 19 de junio de 2021, hay en otras ciudades y estado de México, todos los días. De hecho, en Tijuana, Baja California, el día de las elecciones, el 6 de junio de este año, fueron asesinadas 15 personas. A la fecha, ni el presidente Andrés Manuel López Obrador, ni la FGR, han solicitado atraer el caso, y eso que, de acuerdo a las indagaciones, todos los casos están relacionados con el narcotráfico, delito que es del fuero federal.
El conflicto original, motivo de los homicidios dolosos, es, en el caso de Reynosa o en el de Tijuana, el narcotráfico y el crimen organizado.
Tan solo en 21 días del mes de junio, en el país han sido asesinadas de manera violenta y mayormente con arma de fuego, mil 682 personas, de acuerdo a la estadística que lleva el secretariado ejecutivo del sistema nacional de seguridad, lo que promedia el homicidio doloso en el país, a 80 cada 24 horas.
De acuerdo al informe de seguridad, mayo fue registrado como el mes más violento de este año, al contabilizarse 2 mil 462 víctimas. En total, al 21 de junio, en México se han asesinado a 16 mil 106 personas este 2021.
El récord de mayor número de personas asesinadas -tan solo en junio 2021- lo tiene Guanajuato. En ese estado, asesinaron a 19 personas el 12 de junio. Pero el presidente entonces, no dijo nada al respecto. Después, con 17 homicidios dolosos, empatan en el segundo lugar, Tamaulipas, ese 19 de junio, y Guanajuato, el 14 de junio. Esta misma entidad que el 18 de junio registró la muerte violenta de 16 personas, 19 asesinados el 12 de junio y 16 el 2 de junio. En Guanajuato, todos los días asesinan a diestra y siniestra.
Lo mismo ocurre en Baja California, a los 15 asesinados el día de las elecciones, se suman 11 del 6 de junio, 12 del 21 de junio, 10 del a7 de junio. Jalisco promedia los 8 asesinatos diarios, lo mismo que Chihuahua.
De hecho, los seis estados con mayor número de asesinatos en lo que va del año, son, Guanajuato, Estado de México. Michoacán, Jalisco, Chihuahua y Baja California. De igual forma la inseguridad creciente en Guerrero, en Nuevo León y Zacatecas.
Sin embargo, ninguno de estos estados ha merecido la atención del presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar que cada uno suma más muertos que los ocurridos en Tamaulipas, y que hay ciudades, como Tijuana, cuya estadística es superior a la de Reynosa.
El presidente ha ignorado, salvadas las pocas excepciones ya mencionadas, el tema de la inseguridad y la violencia en México, durante sus conferencias matutinas. Realmente el presidente no tiene una estrategia de combate a estos fenómenos delictivos; año tras año, en los tres informes que ha presentado, el tema en el que queda debiendo, es la disminución de los asesinatos, los qué, como candidato, dijo que disminuiría en los primeros seis meses de gobierno.
La creación de la Guardia Nacional, acabó con la Policía Federal, la única instancia (aun cuando no atravesó por una depuración de los infiltrados del narco) que contaba con unidades de inteligencia para la persecución y combate de narcotraficantes y criminales organizados. Estas labores, y reconocido por generales encargados de la Guardia Nacional, no fueron instauradas en esa corporación. De hecho, lo suyo es trabajo de proximidad, de apoyo social, de “prevención”, y en los últimos años, de contención de la migración.
Tan la Guardia Nacional no está combatiendo al narcotráfico y el crimen organizado, como tampoco lo está haciendo la fiscalía general de la República, más enfocada a investigaciones de corte político, que, en Tijuana, Baja California, el Ejército Mexicano destacado en la II Zona Militar, ha relanzado la campaña establecida en el 2008 para solicitar a la sociedad que denuncie los hechos de inseguridad y violencia que atestigüen, para actuar en consecuencia. Así, la institución no facultada para perseguir al narcotráfico y a los criminales organizados en el ámbito federal, lo está haciendo. El Ejército Mexicano, ante la incapacidad de la FGE y de la Guardia Nacional.
En México muchos estados son Reynosa, Tamaulipas varias veces al mes, en las cuales registran más de 10 muertos cada 24 horas. Se requiere de una estrategia federal de combate a la inseguridad y la violencia, y no de llamaradas de lamentos y calificativos como los vertidos por el presidente a propósito de los 15 muertos el 19 de junio en Reynosa. O informes de la secretaria de seguridad, que parece solo estar enfocada en manejar y dar forma a la estadística criminal del país, que en elaborar una estrategia de combate, investigación y prevención al respecto.
En México los asesinatos van al alza, pero el presidente, no habla de ello. Aun cuando hay escenarios como el de Reynosa, en todo el país y todos los días.