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lunes, febrero 19, 2024
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Más presente que nunca

Los actos no lo demuestran… pero las palabras sí.

Lo dicen los políticos; lo aseguran algunos diarios y revistas: en México sí hay libertad de expresión. Así que poner en duda esta aseveración es tanto como nadar contra corriente o ser tildada de traidora o amargada.


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¿Y las voces inconformes del Comité de Derechos Humanos y Amnistía Internacional? ¿Y los artículos arrojados al cesto de la basura por directores y jefes de redacción?

Pues todo eso, junto con los asesinatos de colegas, asaltos a redacciones de diarios y revistas, despidos de periodistas, etc., forman parte del resultado político que esta actividad propicia, cuando lleva el fin primario de servir a la colectividad (y con ello lastima intereses de quienes dicen, pero no son defensores del pueblo).

Esos son riesgos que se corren y que resultan la contraparte, el lado desagradable, el peligroso y que tantos “periodistas” -lo mismo que críticos de escritorio o comunicólogos bisoños- no tienen que sufrir. Ser periodista es mucho más que estar en una nube y observar lo que ocurre en la Tierra, para luego escribir sobre lo bello del panorama


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El periodista es testigo de sucesos. Su actividad tiene valor testimonial. Transmite hechos y voces de la realidad. La comunidad -sí, la comunidad- adulta necesita de informes y opiniones para nutrir su conocimiento y poder decidir. Por eso, la profesión se hace mezquina; pierde su ser mismo cuando opera al margen de la verdad, de la autenticidad, de la justicia, cualesquiera que sean los motivos o pretextos, intereses, dinero, pasiones, autocensura, complicidades…

Las comidas, los discursos, los regalos, los “apapachos” en nada benefician a la libertad de expresión. El respeto a la discrepancia, las aclaraciones fundamentadas, que todas esas acciones de hoy y de ayer que hablan sobre una libertad restringida. O de plano de un periodismo amordazado.

Mientras llega esa libertad que equivale a responsabilidad, divirtámonos observando cómo el titiritero juega con sus muñecos.

El texto anterior fue nuestra primera publicación en ZETA en el ejemplar del 6 al 13 de junio de1986. Entregada la hoja de papel en la mano de don Jesús Blancornelas, quien generosamente hizo la invitación, teniendo como mensajero al inolvidable amigo Héctor Félix Miranda.

Don Jesús y el querido “Gato” Félix, como le decíamos coloquialmente, tienen un lugar de honor en el periodismo de México.

Recordados con respeto y cariño, hoy los sentimos más presentes que nunca en estas elecciones por la página de Héctor “Un poco de algo”, que ZETA publica con la pregunta al ahora candidato a gobernador del PES: “¿Por qué me asesinó tu guardaespaldas?”. No podemos dejar de exclamar ¡cosas veredes Sancho!, recordando la expresión de Don Quijote.

Nota 1.  Que no lo engañen. Su voto útil, el que vale la pena, es por quien ya escogió usted, que es el dueño del sufragio. Ni consejos, ni ofrecimientos o encuestas. Usted decida.

Nota 2. Como soñar no cuesta nada, pensemos en que a partir del lunes 7, y una vez que las autoridades del INE informen oficialmente de los ganadores, haya felicitaciones para estos y busquemos la forma de normalizar la vida del país. Ojalá que AMLO guarde silencio y no quiera influir en los resultados.

Nota 3. Para aspirar a la tranquilidad, primero hay que salir a votar… Enterremos la abstención.

 

Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.

Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com

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Luz Elena Picos
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