Cuando se habla de Boxeo, normalmente se conoce a los púgiles como los protagonistas arriba del ring, pero existe alguien más que es fundamental para llevar a cabo los combates y no recibe la misma atención: el réferi.
En Tijuana, el mejor para llevar el orden en el cuadrilátero es, sin duda, Fernando Rentería, quien desde 2014 ha realizado una excelente labor en esta frontera. Desde su debut, suma más de mil 600 peleas oficiales en su récord.
“Hace falta que la gente se anime y surjan nuevos colegas que se sumen a la chamba. Desafortunadamente la camada de réferis envejeció y se nos fueron o ya colgaron el moño. Ahora somos unos cuantos, y nos toca toda la chamba”, expresó Rentería, quien también recordó sus inicios en el deporte de los puños, cuando tenía como objetivo ser boxeador, pero el destino le tenía preparada otra sorpresa, al no poder combinar escuela y deporte.
“Me tocó hacer cinco peleas amateur en un torneo oficial, y después como profesional hice unas cuantas peleas. Juan Carlos Pelayo me dio una oportunidad y aquí seguimos, ya con la certificación del Consejo Mundial de Boxeo”, dijo.
En los últimos años, la actividad del Boxeo ha aumentado en gran número en la ciudad, con hasta tres funciones por semana. Esto ha generado que la Honorable Comisión de Box, Lucha Libre y Artes Marciales Mixtas de Tijuana, que preside Cristian Granados, busque de alguna manera el surgimiento de nuevos réferis, por lo que hace unos días llevó a cabo un curso de capacitación impartido por Fernando Rentería.
“Me asignaron esa tarea, el primer día trabajamos todos los temas teóricos, reglamentos de los diferentes organismos como CMB, OMB, AMB y el mismo reglamento de la Comisión para que lo conocieran mejor. Para el segundo día trabajamos en lo práctico, todo lo que son los recorridos, así como lo que se debe hacer cuando un boxeador cae, cuando hay un herido; situaciones reales que suceden en una pelea.
“Siempre tiene que haber una capacitación, el réferi y el juez siempre tienen que estar actualizándose, esto viene a ser una coevaluación de lo que se está haciendo bien y qué está haciéndose mal para rectificar y enmendar el camino, cambiar la perspectiva, porque arriba del ring no tenemos la verdad absoluta”, concluyó el profesional.