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domingo, febrero 18, 2024
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A votar… y ¿después qué?

De Trez en Trez

 


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Uno.- Por fin terminaron el miércoles las campañas electorales, protagonizadas a lo largo y ancho del país por una de las peores generaciones de aspirantes (nuevos y conocidos) de todos los partidos políticos, misma que se caracterizó también por el mal gusto, así como por la escasa y pésima creatividad en sus promocionales; y en adición, marcada como una de las más violentas entre la clase política de la que se tenga memoria.


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Todo ello previo a la llamada “Gran elección histórica 2021” que, como ya comentamos, lo será por la cantidad de cargos electorales en disputa; no así por la calidad e idoneidad de los suspirantes; ni tampoco por los cambios que luego de la jornada del próximo domingo serían deseables, pues, no ocurrirán tales. Cuando mucho, diría mi sabia y nonagenaria abuela, servirá “para tantearle el agua a los camotes” en el reacomodo de las fuerzas políticas, con miras a lo que vendrá en 2024.

Ahora, después del inclemente, cruel, despiadado y bárbaro bombardeo publicitario de todos colores, sabores y gustos de que fuimos objeto en los medios de comunicación, toca a la ciudadanía acudir a las urnas y votar. Ya se sabe que, a decir verdad, la materia prima a elegir y una elección intermedia no despiertan mucho interés; sin embargo, hay que votar y no permitir que el abstencionismo crezca.

Doz.- Sin olvidar que aún estamos en pandemia y tomando las medidas pertinentes, es necesario salir a votar; es menester manifestar nuestro apoyo o rechazo a los candidatos, candidatas y a los partidos políticos. Si alguno lo convence, vote por él o ella; si no es así, vote en su contra. Pero vote.

Ya lo escribimos aquí antes; incluso con la escasez de calidad en la mayoría de los candidatos que se disputan algún cargo público en la próxima elección, el electorado tiene opciones: No votar. Anular su voto. Votar irresponsablemente. Hacer un esfuerzo y analizar detenidamente quién de los candidatos o candidatas podría dar mejores resultados para la ciudadanía; y entonces elegir “al menos peor”.

Pero de abstenerse, nada; y eso de anular el voto, pues tampoco. Insistimos, nada más conveniente para las cúpulas del poder, que la indiferencia y la apatía ciudadana. A ellos, los que detentan el poder desde hace décadas, les conviene una ciudadanía poco informada, reacia a participar en los asuntos públicos, comodina (y si se puede, ignorante); de esta forma pueden seguir haciendo y deshaciendo a su antojo y conveniencia.

Solo los votos válidos determinan si los partidos políticos conservan o no su registro, así como las cantidades millonarias de dinero (del suyo y el mío) que se les otorga como financiamiento público y que gastan con singular alegría.

Trez.- ¿Qué pasará después de la jornada electoral del próximo domingo? Pues habrá más ganadores que cargos en disputa. Seguro se apresurarán todos a “cantar victoria” y proclamarse triunfadores; recuerde “el que madruga… encuentra todo cerrado” y así sucederá con quienes, sin tener base alguna, se digan ganadores o ganadoras.

Los medios de comunicación marcarán tendencias: unos bailarán de gusto, otros estarán enojados, inconformes y denunciarán irregularidades leves y compleja (se llamarán robados), otros se asumirán víctimas de viejos vicios a la hora de votar; En fin, habrá de todo en la “viña electorera del Señor”…

Sin duda, los tribunales electorales tendrán mucho trabajo en las semanas subsecuentes a la jornada electoral; después, dentro del plazo legal resolverán los conflictos que se les presenten. Difícil es que todos queden satisfechos con sus resoluciones, pero tendrán que apechugar.

Con los resultados obtenidos se sabrá quién se queda cobrando en nómina oficial y quién, desde ya, puede irse despidiendo de ella (en la banca por un tiempo) y a seguir preparándose para la siguiente elección, ya sea en un partido o en otro. Ya ve usted cómo funciona la ‘promiscuidad partidista”.

En tanto, los ciudadanos seguiremos aquí. Esperando se cumplan las promesas hechas en campaña, las que -al fin palabras- se las llevará el viento. La clase política en el poder o en busca de él, nos seguirán viendo como “clientes potenciales” para los siguientes comicios.

Y… tan, tan; habrá terminado la “Gran Elección” en la que los partidos políticos recibieron de su dinero y el mío, más de $ 3,000,000,000 (tres mil millones de pesos).

P.D.- Al votar, hágalo en forma responsable, consciente; analice lo positivo o negativo de los pretensos, lo conveniente o no para la mayoría, la experiencia; sobre todo, los resultados obtenidos en cargos anteriores. Y desde luego, la conducta desplegada por los candidatos. Vote.

 

Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.

Correo: profeohe@hotmail.com

Autor(a)

Óscar Hernández
Óscar Hernández
Oscar Hernández Espinoza Oscar Hernández Espinoza Oscar Hernandez 17 oscar@boltmedia.com.mx
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