La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimó, este lunes 31 de mayo, que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 5 por ciento en 2021, por arriba del 4.5 por ciento de marzo, mientras que para el 2022, las proyecciones pasaron de 3 a 3.2 por ciento.
Según el documento las ‘Perspectivas Económicas de la OCDE’, el crecimiento de México está respaldado por la demanda externa de Estados Unidos, gracias a la recuperación de dicho país, que, a su vez, está impulsado las exportaciones.
Sin embargo, el consumo interno y la inversión son bajos, a lo que se suma que la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 (que causa la enfermedad COVID-19) profundizó la pobreza, las desigualdades y las brechas de género, y la inflación es un factor de riesgo para México.
Po otra parte, la OCDE resaltó que el número de contagios de la COVID-19 ha tenido una tendencia decreciente desde mediados de febrero pasado y la vacunación contra el SARS-CoV-2 empezó desde finales del 2020, pero el número de personas inoculadas es menor que en otros países de la Organización, por lo que acelerar la campaña de inmunización es fundamental para revitalizar la recuperación económica.
Asimismo, el organismo internacional señaló el sector manufacturero está por encima de sus niveles de antes de la pandemia, pero que el consumo interno está 6 por ciento abajo, a pesar del flujo de remesas, y la inversión 13 por ciento, esta última con una tendencia a la baja desde el 2018.
La OCDE añadió que el mercado laboral ha mejorado, pero de forma muy gradual, y el subempleo se mantiene muy por encima de su nivel de la pandemia, además, de que las brechas de género han aumentado, debido a que las mujeres se vieron afectadas de manera desproporcionada por la crisis sanitaria.
Aunado a ello, la Organización destacó que las políticas monetarias y financieras están apoyando la recuperación, gracias a que el Banco de México (BANXICO) reanudó su ciclo de flexibilización monetaria en febrero.
Asimismo, el Banco central redujo la tasa de interés de referencia en 325 puntos base desde febrero de 2020, y el sector financiero está respaldado por grandes facilidades de liquidez y crédito, pero el gasto público ha sido moderado.
Además, para la segunda mitad del 2021 y para el 2022, la OCDE estima que haya una mayor participación de la población vacunada y una mejora gradual en el mercado laboral. También prevé que el consumo interno se fortalecerá y se convertirá en un impulsor clave del crecimiento, que la inversión se recuperará, en parte gracias a proyectos de infraestructura.
La OCDE indicó que, sin embargo, la incertidumbre sigue siendo muy alta, ya que en caso de un aumento significativo de infecciones de la COVID-19, la restauración de medidas de contención podría obstaculizar la actividad económica, y una interrupción en el lanzamiento de la vacuna harían lenta la recuperación del consumo privado.
A ello se suma la posibilidad de que la inflación sea más alta de lo anticipado, erosionando el poder adquisitivo, particularmente de hogares vulnerables, además, la volatilidad financiera en otras economías de mercados emergentes puede desencadenar mayor aversión al riesgo global, reducir los flujos financieros netos y aumentar los costos de financiamiento de México.
El organismo internacional señaló que el tipo de cambio flexible está ayudando a la economía mexicana a absorber los choques externos, apoyado por las reservas internacionales, líneas swap en dólares y líneas de crédito precautorias.
La OCDE agregó que si la recuperación de los socios comerciales es más fuerte de lo previsto, las exportaciones y la creación de empleo podrían ser más sólidas, y la integración en las cadenas de suministros podría profundizarse aún más.
Ello, según el organismo dirigido por el mexicano José Ángel Gurría Treviño, gracias al acuerdo comercial actualizado con los Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que entró en vigor en julio de 2020.
Además, la OCDE insistió que para dar un mayor impulso a la economía nacional, la política fiscal podría brindar más apoyo y una prioridad es contener nuevos brotes de la COVID-19 y acelerar la vacunación tanto como sea posible.
Aunado a ello, dijo la Organización, la prudencia fiscal de los últimos años y la gestión rigurosa de la deuda pública brindan a México algo de espacio para dar apoyo fiscal temporal adicional, que podría estar dirigido a las personas y empresas más afectados por la pandemia.
Asimismo, la eliminación progresiva de las exenciones fiscales regresivas podría fortalecer los ingresos en una forma inclusiva, creando un espacio fiscal adicional que permitiría al gobierno de México, fortalecer las políticas sociales e inversión pública para facilitar la transición hacia una economía más verde y digital.
La OCDE también destacó como una prioridad, ampliar el acceso al cuidado de los menores, ya que esto facilitaría la participación femenina en la fuerza laboral, y reforzar la inversión privada será clave para una recuperación más sólida, en particular mediante la reducción de las cargas regulatorias y la incertidumbre sobre la participación en algunos sectores clave.
Para la economía global, el organismo elevó sus previsiones de crecimiento de 5.6 a 5.8 por ciento para 2021 y de 4 a 4.4 por ciento para 2022, además de que advirtió del riesgo de una recaída de la economía por la persistencia de “vientos contrarios”.
La OCDE -que agrupa a 38 países que representan el 60 por ciento del PIB mundial- destacó la solidez de la recuperación, pero se dijo está preocupada por la lentitud de la vacunación en los países pobres y el nerviosismo de los mercados financieros.
“Los gobiernos han administrado cerca de 2 mil millones de dosis de vacunas” y “nunca antes en una crisis habíamos visto políticas públicas tan rápidas y eficaces, tanto en materia de salud como de desarrollo de vacunas o en términos monetarios, fiscales o financieros”, señaló la economista en jefe de la OCDE, Laurence Boone.
La organización afirmó que la recuperación es frágil y “desigual”, ya que se prevé un crecimiento del 8.5 por ciento en China y del 6.9 por ciento en Estados Unidos, pero solo del 2.6 por ciento en Japón y del 3.3 por ciento en Alemania.
Mientras que en América Latina, la OCDE -con sede en París, Francia- prevé que Brasil crezca un 3.7 por ciento en 2021, Argentina un 6.1 por ciento, Chile 6.7 por ciento, y, Colombia, un 7.6 por ciento, por el aumento de la producción manufacturera, la fuerte recuperación del comercio mundial de mercancías y el repunte del consumo después de los confinamientos.
“Sin embargo, persisten demasiados vientos en contra”, advirtió la OCDE, ya que “mientras la gran mayoría de la población mundial no se vacune, todos seguiremos a merced de la aparición de nuevas variantes”, apuntó.
Ello debido a que nuevos confinamientos socavarían la “confianza” y muchas empresas, “antes bien protegidas pero a menudo lastradas con una elevada deuda, podrían quebrar”, advirtió Boone. Asimismo, si los mercados empiezan a apostar por una inflación sostenida, podrían hacer subir las tasas de interés, lo que podría poner en peligro la recuperación, según la organización.