Miles de ejemplares de anchoveta quedaron varados en la playa del Conalep en Ensenada el pasado 12 de mayo, situación que fue atribuida a una maniobra de una embarcación permisionada, y no por contaminación.
La hipótesis de las autoridades y organismos empresariales del ramo pesquero tiene que ver con que se trató de producto excedente o una maniobra al momento de arrear la red, o bien una vuelta de la embarcación; aunque no se ha determinado a cuál de las 20 permisionadas pertenecía la carga.
Autoridades consultadas por ZETA indicaron que se descartó un problema genérico, como contaminación, ya que se trató de una sola especie (en este caso el pelágico, mejor conocido como anchoveta), ya que si hubiera contaminación se tendría la presencia de otras especies.
Para determinar la causa más precisa que explique este fenómeno, Se estableció comunicación entre Semarnat, Conapesca y Canainpesca, instancias que coincidieron en que no hay prohibición para la captura de la especie en las inmediaciones de la bahía.
Por su parte, personal de la Secretaría de Marina, Capitanía de Puerto y Oceanología de la UABC realizarían investigaciones al respecto, pero todo apuntó a que se trató de un barco que tiró parte de su carga, ya que no hay marea roja.
Tras el varamiento, se dispuso del producto de dos maneras, una natural y la otra por remoción. En el primer caso, se dejan los ejemplares en el lugar, ya que el arrastre de la marea va eliminando a los organismos, además de que son alimento principalmente de gaviotas y otros carroñeros.
Ya con intervención del hombre, se retirarán al momento de que pase la barredora del Ayuntamiento. La anchoveta se utiliza regularmente para la fabricación de harina de pescado.
Uno de los antecedentes más próximos sobre un fenómeno de este tipo ocurrió en noviembre del 2017, cuando la Profepa atendió el hallazgo de ejemplares de sardina monterrey (Sardinops sagax), que se encontraban muertos y en estado de descomposición a lo largo de la playa conocida como “El Pabellón”, ubicada en colindancia al Ejido Nueva Odisea, en la entonces delegación de San Quintín, municipio de Ensenada.
En aquella ocasión tampoco se detectaron indicios de contaminación que pudieran haber originado la muerte de los organismos; de igual manera, la hipótesis fue que dos embarcaciones mayores, por malos cálculos al cargar el producto marino, originaron el vertimiento de ejemplares de sardina al mar.
Lo anterior se corroboró al descartar muestras de contaminantes y consultar en el sistema satelital de rastreo de embarcaciones (SISMEP) de Conapesca, observando que, efectivamente, el día en que se presentó la presencia de peces muertos, se localizaron dos embarcaciones “sardineras”, las cuales se encontraban posiblemente realizando maniobras de captura de sardina a poca distancia del lugar del suceso.
