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lunes, febrero 19, 2024
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El pobre (poco) deseo sexual en las mujeres

Conzultoría Matrimonial y Familiar

 


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Varios son los problemas en las parejas para tener relaciones sexuales satisfactorias en ambos; a veces uno, a veces el otro, pero mientras no haya comunicación sincera y abierta es difícil que puedan ponerse de acuerdo para superar esos problemas que les aquejan (recuerden, estos artículos son para las mujeres y los hombres).


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Uno de ellos y que corresponde a las mujeres, es lo referente al poco deseo sexual (libido) y que fluctúa naturalmente a lo largo de los años. Los altibajos generalmente coinciden con el comienzo o el final de las relaciones o con grandes cambios en la vida, como embarazo, menopausia o enfermedad. Algunos medicamentos utilizados para los trastornos del estado de ánimo también pueden causar un bajo deseo sexual tanto en mujeres como hombres.

Si la falta de interés en el sexo continúa o regresa y causa aflicción personal, pueden tener una afección llamada trastorno de interés sexual/excitación. Sin embargo, no tienen que cumplir con esta definición médica para buscar ayuda. Si molesta o afecta el bajo deseo sexual o la disminución del deseo sexual, hay cambios en el estilo de vida y técnicas sexuales que pueden poner de ánimo más a menudo. También algunos medicamentos pueden ayudar bastante.

Los síntomas del deseo sexual bajo en las mujeres pueden incluir los siguientes: no tener interés en ningún tipo de actividad sexual (incluida la masturbación), nunca o casi nunca tener fantasías o pensamientos sexuales, preocuparse por la falta de actividad sexual o de fantasías. Si le preocupa la falta de deseo sexual, hable con un médico especialista o un terapeuta sexual; muchas veces la solución podría ser sencilla.

El deseo sexual se basa en una interacción compleja de muchos factores que afectan la intimidad, como el bienestar físico y emocional, las experiencias previas, las creencias, el estilo de vida y la relación actual. Si tiene problemas en alguno de estos aspectos, su deseo sexual puede verse afectado. El dolor durante las relaciones sexuales o la falta de orgasmos pueden disminuir el deseo sexual, ya sea debido a un vaginismo o dispauremia; o inclusive por resequedad vaginal.

Muchas enfermedades no sexuales pueden afectar el deseo sexual, como la artritis, el cáncer, la diabetes, la presión arterial alta, la enfermedad de las arterias coronarias y las enfermedades neurológicas. Asimismo, ciertos medicamentos recetados, en especial los antidepresivos (llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), disminuyen el deseo sexual.

Los cambios en los niveles de las hormonas también pueden modificar el deseo sexual. Esto puede ocurrir durante la menopausia, en que los niveles de estrógeno bajan durante la transición a la menopausia (climaterio); por ello, puede que tenga menos interés en el sexo y que se sequen los tejidos vaginales y, en consecuencia, las relaciones sexuales sean dolorosas o incómodas. Aunque muchas mujeres siguen teniendo relaciones sexuales satisfactorias durante la menopausia y después de ella, la libido de algunas se atenúa durante este cambio hormonal.

Los cambios hormonales durante el embarazo, inmediatamente después de tener un bebé y durante la lactancia pueden disminuir el deseo sexual. La fatiga, los cambios en la imagen corporal y la presión que supone quedar embarazada o cuidar de un nuevo bebé también pueden contribuir a que cambie el deseo sexual. Su estado de ánimo puede afectar el deseo sexual. Hay muchas causas psicológicas de la disminución del deseo sexual, entre ellas: problemas de salud mental, como depresión o ansiedad; estrés, como económico o laboral; baja autoestima de la imagen corporal; antecedentes de maltrato físico o de abuso sexual; experiencias sexuales negativas del pasado, etc.

Para muchas mujeres, la cercanía emocional es el preludio de la intimidad sexual. Entonces, los problemas de pareja pueden ser un factor importante en relación con la disminución del deseo sexual. La disminución del interés en las relaciones sexuales suele ser el resultado de problemas persistentes, como la falta de conexión con su pareja; conflictos o peleas sin resolver; comunicación deficiente de las necesidades y preferencias sexuales, problemas de confianza, entre otros.

Y como siempre, gracias a mis dos que tres lectores por sus comentarios y consultas al e-mail: bautista46@hotmail.com o al celular (664) 204-61-80.

 

El Licenciado Roberto Bautista es terapeuta de parejas con maestría en Educación.

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