— ¿Practicas algún deporte de alto riesgo?
“Sí, irrito a los de color guinda”.
Autor: Uno de “los de antes”.
Mafalda y la política
Está Mafalda en su colegio y la profesora le pregunta a Miguelito una palabra con P. Mafalda de pronto se siente muy preocupada porque su amigo vaya a decir “esa mala palabra”, pero antes de poder advertirle, Miguelito dice “Política”. Mafalda reacciona:
“Ni modo, ¡ya la dijo!”.
Autor: Lo apodaban “Quino”.
La bicicleta
Era un día común y cualquiera cuando un señor toma su bicicleta y va a la tienda, se baja de esta, la acomoda en la orilla de la banqueta de una calle y se mete a comprar. Al poco rato pasa una patrulla y uno de los agentes lo aborda:
— Señor, ¿podría quitar su bicicleta?
“¿Por qué he de quitarla, si no estorba?”.
— Sucede que por esta calle va a pasar el gobernador.
“Muchas gracias por avisarme, señor policía, ahorita mismo la quito. ¡No se la vaya a robar el gobernador!”
Autor: Otro adversario.
Políticos en el cielo
Un señor muere y va al cielo, resulta que en la entrada estaba San Pedro, y detrás de él, algunos políticos muertos dando vueltas. El hombre pregunta a San Pedro:
— ¿Qué hacen esos políticos dando vueltas?
“Ah, es que por cada mentira que han dicho, tienen que dar una vuelta de penalización”.
—¿Y cómo es que no hay políticos mexicanos ahí?
“A esos los pusieron en mi despacho, como ventiladores”.
Autor: Un apolítico… mexicano, por cierto.
Examen de la Guardia Nacional
En la Academia de la Guardia Nacional, el jefe de reclutamiento entrevista a tres aspirantes para probar sus habilidades como futuros detectives y su capacidad para reconocer a un sospechoso.
Al primero le muestra una foto por cinco segundos y luego la esconde. Después le pregunta:
— Este es su sospechoso. ¿Cómo lo reconocería?
“Pues muy fácil; lo arrestaría rápido porque solo tiene un ojo”.
Algo frustrado por esa primera respuesta (¿Será que no se da cuenta de que es una foto de perfil?), se dirige al segundo, al cual muestra la misma foto por cinco segundos:
— Este es su sospechoso. ¿Cómo lo reconocería?
“¡Es un juego de niños! Porque tiene una sola oreja”.
— ¿Se puede saber qué pasa con usted? Por supuesto que tiene un solo ojo y una sola oreja, ¡porque es una foto de perfil! ¿Esa es la mejor respuesta que puede dar?
Entonces, se dirige al tercero, le muestra la imagen y pregunta:
— Este es su sospechoso, ¿cómo lo reconocería? Piénselo bien, antes de contestar una estupidez.
El tercero, observador muy avispado, observa intensamente la foto sus cinco segundos de tiempo y dictamina:
“El sospechoso usa lentes de contacto”.
El entrevistador queda sorprendido y sin palabras, ya que realmente él mismo no sabe si el sospechoso usa o no lentes de contacto.
— Esa es una respuesta interesante. Espere unos minutos, reviso el informe y vuelvo.
El entrevistador sale de la sala, va a su oficina, revisa el informe y vuelve con los demás con una radiante sonrisa:
—¡Excelente! ¡No lo puedo creer, es correcto! Efectivamente, el sospechoso usa lentes de contacto. ¡Buen trabajo! ¿Cómo pudo hacer una observación tan astuta?
“Fácil; no podría usar lentes porque sólo tiene un ojo y una oreja”.
Autor: Anónimo de la GESI… seguramente.
Amada esposa
Un matrimonio está en la cama y de repente la mujer pregunta al marido:
— Cariño, ¿qué harías si yo muriera?
“Pues, no sé, ¿por qué?”.
— ¿Te volverías a casar?
“No, en absoluto”.
— ¿No te gusta estar casado?
“Sí, pero…”.
— Entonces, ¿por qué no te volverías a casar?
“Pues, probablemente volvería a casarme”.
—¡Aaah! (Exclama con cara de herida en su amor propio) ¿Y vivirías con ella en nuestra casa?
“A menos que ella tuviese otra, creo que sí”.
— ¿Y dormirías con ella en nuestra cama?
“Me imagino que sí”.
— (Ya muy enojada) ¿Y dejarías que usara mi ropa?
“No sé, si ella quisiera, ¿por qué no?”.
— (Ya casi pensando en el divorcio) Vaya, vaya, ¿Y cambiarías mis fotos por fotos suyas? (Saliendo de la cama mientras apunta amenazadoramente con el dedo) ¿La dejarías usar mis palos de golf?
“Ah, no, eso sí que no. ¡Ella es zurda!”.
Autor: Ex marido.