“Cuando un individuo hace a otro individuo un perjuicio tal que le causa la muerte, decimos que es un homicidio; si el autor obra premeditadamente, consideramos su acto como un crimen”.
“Cuando la clase burguesa en el Poder pone a millones de proletarios en una situación tal que son necesariamente expuestos a una muerte prematura y anormal, a una muerte tan violenta como la muerte por una acuchillada o por un balazo, entonces lo que se comete es un crimen. No constituye un simple homicidio, sino un asesinato”.
-Federico Engels, La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra. 1845. P.156.
Un premeditado asesinato, eso es exactamente lo que perpetro el Estado burgués el pasado lunes 3 de mayo. La espantosa tragedia ocurrida en el tren metropolitano de pasajeros -Metro- de la Ciudad de México no fue un “incidente”, negligencia o “accidente”, como lo han catalogado los portavoces de la burguesía, sino que fue un verdadero crimen.
La barbarie perpetrada es la consecuencia, evidentemente, del profundo desprecio de la burguesía hacia las grandes masas de pobres.
Es el Metro de la Ciudad de México, un armatoste de oropel construido exprofeso para transportar como ganado a los esclavos asalariados. El Metro no fue construido para aliviar la existencia del trabajador. No. Fue creado para beneficio de la clase burguesa explotadora.
Todo ahorro, de cualquier índole, que hace el trabajador, no lo hace en beneficio propio o de su clase, sino en provecho de la patronal burguesa. Solamente comunistas trasnochados pueden asegurar que el susodicho tren urbano fue construido para beneficio de la clase proletaria. ¿En qué mundo vivirán esos “comunistas”?
Esta no es la primera tragedia que ocurre en el tren urbano de pasajeros -Metrode la Ciudad de México. No será la última. Tales horrorosas tragedias son consubstanciales al régimen de explotación capitalista. Solamente fanáticos no mirarían que la dictadura morenista pisa sobre las huellas dejadas por los sanguinarios gorilas del
PRI y del PAN.
Bajo el capitalismo, el proletariado está expuesto a toda clase de riesgos y es imposible que la clase trabajadora goce de protección y de seguridad alguna. Todas las lacras de la sociedad burguesa, verbigracia: el desempleo, los bajos salarios, la explotación, las enfermedades, el hostigamiento policiaco-militar; y los “accidentes” en el transporte público masivo, etc., son exclusivamente para la clase obrera.
La “oposición” oficial burguesa ha acusado al actual dictadorzuelo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de ser el responsable de tal tragedia. ¡Claro que AMLO es culpable de este asesinato! Pero, ¿qué no son también ellos corresponsables de este crimen? Tanto la dictadura morenista como la “oposición” oficial forman parte del Estado burgués que mantiene en la esclavitud a la clase trabajadora, la cual es sometida diariamente a riesgos mortales.
El pésame, los tres días de duelo, el vestuario negro, el “profundo dolor” por las víctimas, no son más que despreciables palabrerías de los asesinos que llevaron a cabo este crimen.
Maldita sea la farisaica “oposición. ¿Qué acaso no, cuando ellos (PRI y PAN) detentaron el Poder, no hicieron lo mismo? Bien dice el refrán popular: “El comal le dijo a la olla mira que tiznado estas”. Son todos ellos una caterva de hipócritas, a los cuales la desgracia de los pobres no les importa en lo absoluto. López Obrador y Claudia Sheinbaum van, a grandes zancadas, hacia el basurero de la historia. Allí en ese lugar se reunirán con sus criminales cofrades los odiados dictadorzuelos del PRI y del PAN. ¿Habrá hombre honrado que no vea esto?
Atentamente,
Javier Antuna.
Tijuana, B.C.
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