Esta época electoral podría ser divertida si solo escucháramos a quienes andan pidiendo el voto. El conflicto lo genera quien debería ser el primero en llamar a la cordura y al respeto: el mismísimo Presidente AMLO. Todos los días, a todas horas, se entromete en la campaña. Le vale absolutamente un ajo que la Ley Electoral se lo prohíba y ahí está, ante el aplauso y admiración de sus seguidores (que son muchos), metiendo su cuchara en el plato que no es suyo.
Y junto a él están sus dos mozos de faena, Ricardo Monreal y Mario Delgado. Ambos al lado de su jefe de cuadrilla, lo secundan. Gritan y pregonan con enorme cachaza que “no son los mismos” y que ellos son puros de corazón. Saben que sus orígenes son coincidentes, del mismísimo PRI, aunque desmemoriados; nos quieren hacer creer que en la actualidad no está en sus alforjas “el pecado original” porque la 4T los ha purificado.
Ellos sí están mostrando cómo hacer las cosas. Tienen mayoría en el Congreso y no necesitan pasarse la Constitución por su delicado y puro cuerpecito. Solo ordena el jefe de cuadrilla que la cambien y ya está: vía libre para transitar. Lo malo para quienes están frente a los gobiernos es que los medios de comunicación del mundo civilizado, exhiben estas conductas que parecen copiadas de países que tanto admiran: Cuba, Venezuela y hasta Bolivia. Y para su desgracia, México no puede ser ocultado en una cueva. Tiene compromisos internacionales.
AMLO -en su conducta contradictoria- no le ha caído el veinte de que vive en la época de la tecnología. Todas sus expresiones, las promesas dichas para conseguir la confianza y el voto ahí están grabadas, y cada que es necesario los comunicadores críticos las transmiten para refrescarle la memoria; pero ni aun así acepta lo que tanto dijo en su larguísima campaña presidencial. No podemos acostumbrarnos a que las leyes las acomode a su capricho, necesidades o las elimine.
Inició acomodando a Paco Ignacio Taibo en el Fondo de Cultura Económica, a pesar de que el reglamento de la institución lo prohibía (por no ser mexicano de nacimiento). Y le ha seguido un día sí y otro también. Ahora con enorme tranquilidad asegura que ningún reglamento le impedirá que manifieste sus ideas, aunque se trate de pisotear la Ley Electoral que lo prohíbe. Pero… ¿al Presidente quien lo castiga o calla la boca?
Nota 1. “Reflexión México” que organizó Tijuana Innovadora fue infinitamente mejor que el de IEEBC. Los moderadores siempre tuvieron presente que las estrellas eran los candidatos. Dinámico, justo en tiempo, trato civilizado entre los participantes. Se agradece el trabajo.
Nota 2. Marina del Pilar sigue pensando que los trillados dichos de su admirado Presidente le atrae simpatías y genera confianza. Mejor es que diga con sus propias palabras, su programa de gobierno y cómo lo cumplirá.
Nota 3. Resulta curioso cómo una de las máximas críticas que se le hacen a Lupita Jones es que haya ganado un título universal de belleza. Y en cambio es reconfortante escuchar que la gente sencilla, pone más atención en sus programas de trabajo que poco a poco ha ido compartiendo. En cuanto a su historia personal, ahí está para ser considerada.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.
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