Un personaje como Alejandro Mungaray Lagarda solo le es fiel a una postura política e ideológica: la de la conveniencia.
El también ex secretario de Desarrollo Económico de la administración de José Guadalupe Osuna Millán y ex rector de la Universidad Autónoma de Baja California, se mueve con la marea y, de formar parte del proyecto de Movimiento Ciudadano para competir por la gubernatura de Baja California, dejó el trabajo “tirado” a escasos días de arrancar el proceso electoral, para unirse a la campaña de Marina del Pilar Ávila.
Poco se sabe en torno a lo ocurrido dentro del partido naranja, pero Mungaray no tuvo empacho en despotricar contra el hoy candidato Francisco Alcibíades García Lizardi la mañana del 5 de abril acusándolo -sin mencionar su nombre- de buscar personajes “desechables” dentro del partido para exprimirlos y luego hacerlos a un lado.
Esa es la realidad de MC en Baja California, donde la familia García Lizardi es la principal responsable por la que dicho partido no ha crecido como en otras entidades, específicamente Jalisco y Nuevo León.
Sin embargo, la intención de Mungaray Lagarda, al igual que la de sus comparsas -el diputado Elí Topete Robles y el ex director del Hospital General, Édgar Castillo-, era imponer posiciones políticas y quitarle el poder a los actuales dirigentes del partido.
Intentó imponer en las planillas de regidores a personajes allegados a la Máxima Casa de Estudios e incluso a otros cercanos a Morena, convirtiéndose así en un partido satélite del oficial.
Mungaray quería jugar a la política como lo hacía en la UABC cuando fue rector y después integrante de la Junta de Gobierno, pero al encontrar resistencia, optó por saltarse hasta el último paso y llevarse toda su estructura -armada con dinero de Movimiento Ciudadano- a Morena. Quiso tumbar del trono a Francisco Alcibíades para luego llevarlo al equipo a Morena, pero al no conseguirlo, decidió saltarse al último paso, sin importarle que ideológicamente siempre se ha identificado con la derecha recalcitrante del panismo, a la cual no le preocupaba ofrecer datos falsos para fingir mejoras económicas, por lo que fue exhibido en reiteradas ocasiones por expertos, académicos y empresarios.
Al final, el ex funcionario panista dejó a Movimiento Ciudadano sin candidato, pese a haber trabajado en una precampaña y dejarle una enorme multa de 800 mil pesos por incumplimiento de obligaciones de fiscalización de la Unidad Técnica Financiera del Instituto Nacional Electoral (INE), misma que tendrá que absorber el partido, debido a que Mungaray ya no forma parte de este.
ENRIQUE Y JORGE
Como se lo estuve diciendo al apreciable Lector, el ex candidato a la gubernatura de Baja California por el PRI, Enrique Acosta Fregoso, confirmó todos los dichos plasmados en estas páginas, y el domingo 4 de abril fue visto en el evento inaugural de su amigo Jorge Hank Rhon, en una unidad deportiva del poblado Los Algodones.
El acto tuvo muy poca asistencia, pero en una de las primeras filas se pudo identificar a Acosta Fregoso respaldando a Hank Rhon, pues fue claro que todo lo que oliera al ex inquilino de “El Hongo”, sería repudiado por la dirigencia nacional del tricolor.
De obtener el casinero la gubernatura, Acosta estaría negociando un espacio en la planilla de munícipes o algún otro cargo.
Otro que fue visto apoyando a Hank fue Raúl Reynoso Nuño -ex jefe de prensa de la administración de Francisco Vega de Lamadrid-, el cual no encontró espacio en la alianza del PAN y ahora busca protección en el PES.
Pero bueno, la ideología y el respeto a las instituciones quedan de lado cuando la intención es incrustarse en la nómina gubernamental.