Por supuestos conflictos legales, el Instituto Cuauhtlatóhuac, con más de 60 años de existencia, fue desalojado del edificio que presuntamente le pertenecía a la misma familia Jiménez Codinach, de acuerdo con fuentes consultadas por este Semanario.
La tarde del 19 de febrero un grupo de trabajadores arribaron al lugar, ubicado en la esquina de la Calle Décima con Ocampo en la Zona Centro de Tijuana, y con una orden del juez procedieron a desalojar a la institución educativa que por más de medio siglo habría funcionado como escuela de los niveles medio superior y superior.
Hasta el cierre de esta edición la misma escuela solo emitió un posicionamiento en sus redes sociales, en el cual afirmaban ser víctimas de una injusticia, al sufrir el despojo de sus instalaciones físicas; no obstante, aclarando que las actividades escolares continuarían de manera virtual, como ha sucedido en los últimos meses.
“…En la cual vamos a trabajar para seguir adelante, como siempre lo hemos realizado. Dejamos solo un edificio; las ganas y las fuerzas por educar y dejar lo mejor de nosotros a nuestros alumnos sigue, y podemos decir que con más fuerza. Esto solo es una prueba que sabemos vamos a superar, agradecemos su apoyo en todos los sentidos. Les recordamos, nuestro servicio y educación sigue como siempre”, fue el resto de la declaración oficial por parte del Instituto.
La escuela se fundó en 1954 por el matrimonio de Romeo Jiménez Cabral y Rosa Codinach, contadores públicos con interés en aportar a la educación de la región. En su apertura tuvo la oferta educativa de primaria, secundaria y la carrera comercial de comercio.
De acuerdo con la reseña que comparten en sus páginas oficiales, a los pocos años de su apertura se añadió a su oferta el nivel preparatoria; hacia la década de los 70’s solo tuvo grupos de secundaria y educación media superior.
El Instituto Cuauhtlatóhuac se destacó por ser la primera institución educativa en ofrecer la licenciatura en Derecho, generando nueve generaciones de nuevos profesionistas de las leyes, hasta que le entregó la matricula a la Universidad Iberoamericana, con sede en esta ciudad.
