Federico Fernández Hernández, director de Unidades de Apoyo a la Educación Regular (USAER) nivel secundarias en la ciudad de La Paz, detalló que el último año ha representado un reto importante para las y los docentes que se encargan de atender a alumnos con alguna discapacidad.
Se enfrentan a constantes críticas: el estado y la sociedad no ven con buenos ojos que el cuerpo docente esté en sus casas, sin embargo, recalca, el trabajo llega a ser incluso más pesado que dentro del inmueble escolar.
Desde que inició la pandemia, los docentes han tenido que adecuarse a las necesidades de sus alumnos que tienen alguna discapacidad. Esto incluye no tener un horario y descanso fijo e inquebrantable.
“Mucho tiene que ver la colaboración de los papás (porque es esencial, es fundamental) y la disposición de los maestros de apoyo”, señaló.
“¿Cómo lo hacemos? Rompemos con nuestro horario; nuestro horario es de 8 a 12:30, pero no se puede cumplir. A veces nos llaman por la mañana, a veces por la tarde, a veces por la noche, o en sábado o domingo. Esa disposición es ya voluntaria de nuestros maestros, pero es nuestra realidad”, expresó.
En algunos casos se ha presentado la necesidad de “dobletear” trabajo cuando un docente o psicólogo se ha contagiado de coronavirus, ya que la atención para estos estudiantes no debe ni puede esperar.
“Ha sido muy complicado, hemos salido adelante por voluntad de nuestros compañeros y compañeras. Ha sido un tema de voluntad”, subrayó.
Los educadores trabajan por medio de una agenda, elaborada por los especialistas (el maestro de apoyo, el psicólogo y el trabajador social). A través de llamadas telefónicas, WhatsApp, videoconferencias o cualquier herramienta digital, la presentan a los padres y madres de familia, así como a los estudiantes.
Si la situación lo amerita, hacen análisis de casos de manera virtual para alumnos que tienen muchas dificultades de conexión, como alumnos con autismo o con discapacidad auditiva. Con ellos acordaron un mecanismo de trabajo para aplicar cuadernillos.
“Aunque todo es en casa, hemos tenido casos especiales en los que hemos ido a entregarles un cuadernillo específico de las actividades que pueden realizar nuestros alumnos en ayuda con los papás y maestros de apoyo”, explicó.
Por ahora se enfrentan a un panorama en el que no hay una fecha exacta para que finalice la pandemia, por lo que extenderán el trabajo virtual personalizado para cada uno de sus alumnos.
Para ello será necesario mantener el espíritu de voluntad de trabajo, ya que los estudiantes con alguna discapacidad no pueden depender de un horario específico en medio de la crisis sanitaria.
De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), en Baja California Sur se tiene un padrón en educación básica de seis mil 72 estudiantes con alguna discapacidad: mil 207 en preescolar, tres mil 633 en primaria y mil 232 en secundaria.