La organización defensora de migrantes en Estados Unidos, Alianza Américas, condenó el asesinato de la salvadoreña Victoria Salazar a manos de policías que la detuvieron en Tulum, Quintana Roo, el 27 de marzo pasado.
Desde su sede en Chicago, Estados Unidos, Alianza Américas expresó su solidaridad con la familia de Victoria Esperanza Salazar, quien “lamentablemente se ha convertido en una nueva víctima del uso excesivo de la fuerza policial, esta vez en México”.
En un comunicado calificó lo sucedido como “hecho terrible” consecuencia de la “doctrina deshumanizada” de seguridad pública predominante, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica, que enfatiza el uso de la fuerza desproporcionada. “Victoria no habría fallecido si en el procedimiento policial se hubieran realizado las medidas adecuadas, apegadas a los derechos humanos”, aseveró la agrupación.
“Aplaudimos la reacción de condena, tanto del gobierno mexicano como del gobierno salvadoreño ante esta tragedia, en un país donde ser mujer es un factor letal ante encuentros tanto con elementos de seguridad del Estado como de miembros del crimen organizado. Esperamos que la justicia se haga sentir para que no sucedan más incidentes de este tipo”.
Alianza Américas indicó que como una red de organizaciones que trabaja por los derechos de las personas migrantes en sus países de acogida, como en sus lugares de origen, seguirá monitoreando el caso para determinar si el que Victoria fuera una persona extranjera fue determinante para su asesinato.
Este martes, se difundió un video previo al asesinato de la mujer, de una tienda Oxxo en el que se le ve paseándose por la tienda mientras agita un garrafón vacío sin que agreda a algún cliente ni al personal del lugar.
Tras su salida del establecimiento, policías municipales de Tulum la detuvieron sin motivo alguno y la sometieron con exceso de fuerza provocándole la muerte.
Por este caso, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó el asesinato de la migrante salvadoreña, quien dejó en la orfandad a dos niñas, y pidió a las autoridades mexicanas capacitar a los policías. Horas antes, la Comisión Nacional de Derechos Humanos había atraído el caso por presuntos hechos violatorios de derechos humanos.
Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó estos hechos como “un brutal asesinato”, que llena de vergüenza al país.