En nuestro país el combate a la corrupción es una asignatura pendiente. Nadie se salva, estamos todos incluidos, ya sea gobiernos, empresarios, ciudadanos…
Existen debates muy serios sobre si la corrupción es un asunto cultural o -mejor dicho- si se construyó una cultura alrededor del tema. Desde mi punto de vista, afirmar lo anterior es restarle importancia y dar como un hecho que permanecerá de generación a generación de forma natural.
En varias entregas he escrito sobre diferentes estudios que hablan de la corrupción en el mundo y en México; en estos se explican cómo somos evaluados, los avances o retrocesos y recomendaciones que ayuden a combatir este flagelo. Recientemente Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana -como desde hace muchos años- presentaron los resultados del Índice de Percepción Corrupción (IPC) 2020.
Esta evaluación, según lo expresado por especialistas, es el estudio con mayor valor a nivel mundial en la percepción sobre corrupción. Se les pregunta a analistas, empresarios, expertos en la materia, etc. Según lo informado, el nuevo reporte pone especial atención en materia de corrupción a partir de la emergencia mundial generada por el COVID-19.
Los resultados son interesantes, México avanzó dos puntos y seis lugares en el 2020 en la tabla general, es decir, pasamos del sitio 130 al 124 de una lista de 180 países evaluados. Ya en 2019 se notaba una mejoría al ubicarnos del lugar 138 al 130. Si lo queremos ver en términos políticos administrativos, en los casi dos años que ha sido calificado el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador se tiene un “brinco” positivo de 14 posiciones, lo cual no sucedía en varios años.
Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana nos presentan posiciones en la tabla general y además también asignan una puntuación para ampliar nuestro criterio; en este sentido, nuestro país mejoró dos puntos pasando del 29 al 31 en una escala de 0 a 100. La ocasión donde México se instaló en su mejor momento fue en el 2014, donde alcanzó 35 puntos.
Si bien es de resaltar estos avances, tampoco es para soltar “fuegos artificiales”. En la tabla de naciones México se encuentra junto con países como Kenia y Bolivia. Además, si solo colocáramos a países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), seguiríamos siendo el último lugar de 38 países.
Como es una costumbre, países europeos como Dinamarca, Nueva Zelanda, Suecia, Suiza, se ubican dentro de los primeros lugares con menor índice de corrupción, es decir, la percepción del combate a la corrupción es muy alta y la mantienen año con año.
Dentro de las recomendaciones que realizan sobre México destacan dos: una de ellas solicita a los órganos fiscalizadores realizar una supervisión del manejo de los recursos en tiempo real, y por otro, el aplicar sanciones a quienes cometan ilícitos.
Desde el inicio del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la lucha al combate a la corrupción ha sido su bandera y estandarte. Todos los días sin excepción habla sobre este tema, lo cual abona a que la población esté al pendiente e interesada en este rubro.
Si bien las cosas están muy lejos de ubicarnos en lugares relevantes, lo cierto es que en dos años se avanzó, cosa que no sucedía desde tiempo atrás. Es muy probable a este paso que se logre escalar la mejor posición histórica, aunque esa película aún está por verse.
Sea como sea, siempre será una buena noticia que nuestro país avance; la clave no solo será mantenerse, sino mejorar hasta lograr vencer esta problemática a cualquier costo.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas y comunicación.
@CasoAlejandro