El que dicen tiene el nombramiento de coordinador de campaña en la candidatura al Gobierno del Estado de la alianza “Va x BC”, pero solo de membrete, es Héctor Osuna Jaime. Tanta es la distancia entre este y la candidata Lupita Jones Garay, que hay ocasiones en que el tijuanense no sabe ni dónde ni con quién se encuentra la abanderada por el PAN. Quienes deciden los movimientos de la ex Miss Universo, no son los bajacalifornianos líderes de los partidos que la arropan políticamente, ni el flamante y ninguneado coordinador de campaña, sino los fuereños representantes de Roberto Trad, la agencia que han contratado para el marketing político, pero que, descontextualizados, han secuestrado la agenda de la candidata. Quizá por eso a la empresaria mexicalense no se le vea en las calles de Baja California, donde le van ganando terreno la morenista Marina Ávila Olmeda y el candidato del PES, quienes se la pasan comiendo en casas en las colonias o visitando mercados y lugares públicos. En contraparte, Jones continúa en reuniones con grupos internos de PRI, PAN y PRD sin levantar la precampaña. Ahora sí que el impacto que logró de entrada, al ser por todos reconocida como la ex reina de belleza y empresaria que es, ha dado un bajón al no continuar con un trabajo de acercamiento con la sociedad bajacaliforniana, cuestión que Héctor Osuna le sugeriría, si no fuera porque el equipo de Trad no le permite a la candidata ni tomar decisiones, ni empezar a adentrarse en la sociedad con su natural estilo. El bajón de popularidad que está registrando tiene nombre y apellido, por lo que muchos se preguntan, emulando aquella canción: ¿Qué le pasa a Lupita? O ¿será que los de Trad están armando una campaña para perder? Son preguntas para candidata, no para agencia.
