Ayer te fuiste de mi lado
y hoy sé lo que antes no supe
no quería imaginar siquiera
lo que sentiría al perderte
y hoy voy por un camino vacío,
ancho, sin final y muy oscuro.
Quiero recostarme a la sombra
del árbol florido y frondoso
que me ama y me protege
y es que sus grandes ramas
me abrigan del gélido invierno
y me dan sombra en verano.
Apresuro el ritmo en mi paso
para recostarme en tu regazo
y tú acaricies mi cabello
como si fuera una niña,
mas solo encuentro la nada
donde antes estaba un nido.
Te dije cuánto te quiero
cuando aún estabas conmigo
y hoy, mamá, te lo repito,
ojalá te lleguen mis palabras
impregnadas de amor infinito
y a tu rostro vistan de sonrisa.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California