Y Dios le dijo al hombre:
“Encontrarás mujeres sumisas y obedientes en cada esquina de la Tierra” … Y Dios hizo la Tierra redonda.
Autor: Maestro de catecismo vía Zoom.
Historias de los presidentes de México
Miguel de la Madrid, ya Presidente, llama por teléfono a José López Portillo para hacerle un reclamo:
– No la friegues, Pepe, ¡nomás dejaste mil pesos en la caja fuerte de Los Pinos!
“Discúlpame, Miguel, ¡te juro que no los vi!”.
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Muere Carlos Salinas y pone al cielo y al infierno en un conflicto: nadie lo quiere con él. Al final, Dios y el Diablo alcanzan un arreglo: cada uno lo tendrá por 30 días alternadamente, para estar a salvo de sus triquiñuelas. Echan un volado y al Diablo le toca el primer mes.
Al día 28, Dios se pregunta cómo le estará yendo al Diablo con su inquilino. Llama por teléfono y una voz femenina le contesta:
– Infierno, SA. A sus órdenes…
“¿Qué clase de broma es esta? ¡Comuníqueme con su patrón!”.
– El licenciado Salinas no lo puede atender, pero con gusto puedo tomar su mensaje.
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Ernesto Zedillo llama a acuerdo urgente a su secretario de Marina. En reunión privada, le pide que le mande a hacer un traje de buzo a la medida.
Desconcertado, el almirante pregunta:
– ¿Para qué el traje, señor?
“Es que mi esposa dice que en el fondo no soy tan bruto”.
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¿Por qué a Vicente Fox le dicen “El Misión Imposible”?
Porque cada vez que habla, se autodestruye.
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Molesto, Felipe Calderón manda llamar a Pepito:
– Chamaco del mal, ¡me enteré que estás diciendo por ahí que cuando me muera, vas a hacer fila para escupir en mi tumba! ¡Ya verás!
“No, señor Presidente, eso es mentira. ¡Usted bien sabe que a mí no me gusta hacer fila!”.
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Enrique Peña Nieto envía a uno de sus colaboradores más cercanos al campeonato mundial de la corrupción. Después de una semana de competencias, el enviado regresa e informa a su jefe:
– Buenas noticias, señor Presidente. ¡Ganamos el segundo lugar!
“¡Me lleva! ¡Esas no son buenas noticias!
– Bueno, señor, considere que íbamos en primer lugar y costó mucho dinero y trabajo quedar en segundo.
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Llega Andrés Manuel López Obrador al banco a cambiar un cheque:
– Buenos días, señorita, ¿me haría favor de cambiarme este cheque?
“Con mucho gusto, señor. ¿Me permite su identificación?
– Señorita, no traigo identificación, pero soy AMLO, Presidente de México.
“Sí señor, pero me debe mostrar una identificación con fotografía.
– Señorita, no traigo identificación, pero pregúntele a quien quiera, ¡soy AMLO, por favor!
“Mire, señor, podemos hacer es lo siguiente: el otro día vino Guillermo Ochoa con el mismo problema, no traía identificación y para probar que era él, sacaron un balón, le tiraron unos penaltis y los paró, así comprobó que él era. Haga algo para probar que Usted es López Obrador”.
“El Peje” se queda pensando y, después de un buen rato, dice:
– No sé, señorita. La verdad es que se me ocurren puras tonterías.
“Perfecto, señor Andrés Manuel. ¿En qué denominaciones de billete quiere que le cambie el cheque?”.
Autor: Un politólogo confinado y harto.
Ironía de la vida
Un grupo de turistas gringos recorría un pueblo rustico, en eso uno de ellos ve a un campesino tirado a la sombra de un árbol, descansando. Se le acerca y busca conversación:
– Hola, amigo, ¿cómo estar tú?
“Muy bien, jefe, aquí descansando”.
– ¿Por qué tú no trabajar más por tus tierras?
“¿Y pa’ qué?”.
– Para tener grandes cosechas y vender más.
“¿Y pa’ qué?”.
– Así tú poder ganar más dinero y comprar ganado.
“¿Y pa’ qué?”.
– Con el ganado, reproducir y así ganar más dinero.
“¿Y pa’ qué?”.
– Para tener una casa bonita, vivir tranquilo y descansar.
“¿Y qué estoy haciendo? ¡Ah, qué güero tan zonzo!
Autor: Un economista
Presumidos
En una reunión internacional de pastores, tres de ellos discuten sobre inteligencia y cómo la aplican sus respectivos perros.
El español dice:
“El perro que yo tengo es de lo más peculiar. Al acabar el trabajo encierra las ovejas y les da comida, además, me vigila la casa con paso marcial durante toda la noche”.
El argentino replica:
“El perro que yo tengo sí que es de lo más original. Cuando termina el trabajo encierra a las ovejas y les da comida; vigila la casa durante toda la noche, lava la ropa y me blanquea la casa una vez al año”.
Con lágrimas en los ojos, el mexicano comparte:
“El perro que yo tenía…”.
Curiosos, los otros le preguntan qué pasó con el can. El mexicano responde:
– Murió electrocutado.
“¿Fue por un rayo?”.
— No, arreglándome la televisión.
Autor: Un sociólogo.
Después de la luna de miel
Dos amigos se encuentran, uno de ellos recién volvía de luna de miel.
– ¿Cómo te va en tu vida de casado?
“Ah, no sabes, ¡mi mujer es un sol cocinando!”.
– ¿Tan bien cocina?
“No, es un sol porque ¡lo quema todo!”.
Autor: Amigo del ex.
Padre e hijo
– Papá, ¿por qué te casaste con mamá?
“Tú tampoco puedes entenderlo, ¿verdad?”.
Autor: Padre soltero.