Mientras una buena parte de los países con más muertos y contagios en el mundo se aprestan para entrar a una nueva cuarentena, y combatir de esta manera preventiva la tercera ola de transmisión de Covid19 que los analistas atisban tocará base la última semana de marzo y hasta las dos primeras de abril, México es, en la retórica, el país que se prepara para el regreso a clases, y el levantamiento de las restricciones que fueron impuestas para evitar o por lo menos controlar a la baja la propagación del virus SARS-CoV-2.
En México el uso del cubre bocas no ha sido, ni es, ni será obligatorio. Tal vez algunas demarcaciones municipales así lo decretaron, aun contra la recomendación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de no hacer de esta medida obligatoria. Se impuso eso sí, un sistema de semaforización para controlar los contagios e ir liberando a las entidades federativas de las restricciones. El rojo, alerta máxima, naranja, alto, amarillo, medio, y verde, bajo.
Actualmente hay 21 Estados mexicanos a la espera de transitar del amarillo al semáforo verde, lo cual les permitirá abrir –aun con precauciones y protección personal no obligatoria- el cien por ciento de sus actividades, incluyendo las clases presenciales. 8 entidades federativas permanecen en coloración naranja, 3 en verde, y ninguna en rojo, lo que indica que para el Gobierno de la República no hay rincón del país donde se registre una alerta máxima frente a la propagación de la COVID19.
Estas cifras alegres del gobierno mexicano contrastan con las cifras –también oficiales- de fallecimientos y vacunas aplicadas para contener al SARS-CoV-2.
En efecto, con tan solo 5 millones 926 mil 967 dosis de vacunas suministradas en un país con más de 126 millones de habitantes, México se encuentra en el lugar número 21 de países en el listado de aquellos que más vacunas han aplicado a sus ciudadanos, con 4.2 por cada 100 habitantes.
Los otros dos países que se encuentran –junto con México (198 mil)- en el cuadro del deshonor con más número de fallecidos a causa de la COVID19, Estados Unidos (543 mil) y Brasil (295 mil), han aplicado 36.3 por cada 100 habitantes, y 6.3 por cada 100 habitantes, respectivamente, el primero muy por encima de México, y el segundo con cierta ventaja sobre el territorio Azteca.
Aun así, en esta ecuación nada alentadora para México, con más muertos por la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2, y menos vacunas aplicadas, con el 4.2 por ciento de la población vacunada (entre la primera y la segunda dosis), el 28 por ciento de los adultos mayores inoculados, sin haber transitado a aplicar el biólogo a la sociedad en general, el Gobierno de México, se prepara para levantar, en la mayoría de sus estados, las restricciones de movilidad, y con ello comenzar a establecer los protocolos para el regreso a clases de manera presencial.
A diferencia de México, en el mundo los países se preparan para la llegada de la tercera ola de contagios de COVID19. Francia, con 92 mil fallecidos por el mortal virus, 4.3 millones de contagios y 11.6 ciudadanos vacunados por cada 100 habitantes, ha decretado una nueva cuarentena que se extenderá hasta el mes de abril. Misma decisión han tomado en Italia, donde se ha inoculado a 12.7 por cada 100 habitantes, han fallecido 105 mil personas y se han contagiado 3.39 millones.
En la Unión Europea de hecho, el tema de una nueva cuarentena ha sido la constantes en los últimos días, ante protestas de ciudadanos en diversos países, entre ellos Alemania.
Pero en México, aunque se habla de una tercera ola de contagios que podría llegar la última semana de marzo y las primeras de abril, el Gobierno de la República no ha tomado medidas para evitar los nuevos contagios. No hay nuevas restricciones, como tampoco campañas de concientización, cosa contraria, conforme el semáforo va transitando al verde la población se va liberando y bajando la guardia, al tiempo que los hospitales que hace un año fueron convertidos para el tratamiento exclusivo de la COVID19, se están reconvirtiendo para la atención de enfermedades y padecimientos físicos en general, dado que el Gobierno de la República reporta un 21 por ciento de ocupación hospitalaria en COVID19 en los hospitales del país.
En este escenario, que en teoría es alentador, es común ver a los líderes políticos y de gobierno, particularmente a los de Morena, como el Presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, por mencionar algunos, sin utilizar cubre bocas. El primero ya se contagió, estuvo fuera de circulación varios días y además canalizado para recibir fluidos intravenosos, el segundo se ha contagiado en dos ocasiones, la última con padecimientos de gravedad que le llevaron al hospital.
En México el gobierno no se está preparando para la tercera ola de contagios –al menos no lo ha alertado así a la población-, pareciera que el País está aislado del mundo. En un semáforo verde donde no es obligatorio usar cubre bocas, ni ampliar las restricciones de movilidad. Y sin razón, porque la República Mexicana es de las últimas en el tablero de aplicación de vacunas, y de las primeras en fallecimientos por el virus.
Total que si las proyecciones internacionales se cumplen, una vez más, México arribará a la tercera hola de contagios, en semáforo verde.