El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las mujeres de BCS salieron a manifestarse contra la violencia de género. Acusaron discriminación, violencia política de género y que la PGJE no reconoce los feminicidios en su totalidad
Baja California Sur se vistió de morado y verde.
En conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las féminas salieron a las calles en todos los municipios de la entidad para exigir un alto a la violencia de género y reclamar por todas las que ya no están presentes.
Vestidas con prendas moradas o verdes, y portando lonas con leyendas alusivas a la lucha, lanzaron un grito claro contra la violencia feminicida. Exigieron a las autoridades investigar con perspectiva de género todas las agresiones cometidas en contra de las mujeres.
En La Paz, como protesta pacífica, desde tempranas horas vistieron diversos monumentos con pañuelos morados. Sin embargo, elementos de la Policía Municipal se acercaron al paseo costero Álvaro Obregón para retirar las prendas.
“Si hay una expresión pacífica, simplemente no la quieren escuchar. Hay un tema como de provocación y de invisibilizar el movimiento por parte del gobierno y de la sociedad en general, porque los cuestionas”, señalaron las participantes de la marcha.
Tras denunciar en redes sociales el acto de los oficiales de Seguridad Pública, la Dirección General de la corporación ofreció una disculpa pública en su cuenta de Facebook y ordenó recolocar las prendas moradas en los monumentos.
Las marchas estallaron, en Los Cabos cientos de mujeres salieron a las calles llenando de cantos y de pancartas las principales avenidas del mayor destino turístico de BCS.
Más de 300 mujeres se concentraron en un plantón en la explanada del Palacio de Gobierno en la Capital del Estado. Con sana distancia, recordaron a todas las mujeres que han sido asesinadas en la entidad y aún no obtienen justicia.
“Somos las nietas de aquellas brujas que no pudiste quemar”, cantaban afuera de Palacio de Gobierno.
“Por Ana Luisa, por Daniela Lino, por Monserrath, por Bárbara Valencia, por Itzel, por Karla Mariela, por Aolanis, por Valeria Guzmán y por todas las que todavía nos faltan por contabilizar y visibilizar sus muertes”, levantaron en coro.
Hubo cientos de mujeres que no pudieron acudir al plantón o a las marchas, no obstante, las redes sociales se llenaron de pañuelos morados y verdes en apoyo a todas las que salieron a las calles a protestar ese 8M.
PARTIDOS Y VIOLENCIA POLÍTICA EN RAZÓN DE GÉNERO EN BCS
Las activistas observan diversas formas de violencia que buscan erradicar, no se trata únicamente de feminicidio.
Entre las agresiones que viven las mujeres a diario, explican, está una de reciente tipificación: la violencia política de género.
Recordaron que los partidos tienen una estructura patriarcal, donde los hombres no quieren compartir los privilegios que han gozado históricamente.
“Por Ley deben empezar a poner mujeres para empezar a diluir este poder hegemónico, entonces, es que todo mundo brinca porque todos esos privilegios a los que ya estaban acostumbrados, se empiezan a repartir con mujeres, que esperemos tengan perspectiva de género. El hecho de que sean mujeres no quiere decir que tengan perspectiva de género, tenemos partidos de ultraderecha como el PES, por ejemplo. Aquí se han manifestado seriamente contra los derechos de las mujeres”, refieren.
No solo es Morena, consideran que ingenuo creer que el machismo y la misoginia están encapsulados en solo partido. Recordaron que hay diputados del PAN, PRD y PRI que también han sido señalados por agresiones en contra de mujeres, por lo que hay evidencia de que en el interior de todos los partidos, se vive la violencia patriarcal.
“Que les quede claro que las mujeres venimos con todo, con o sin partido. No nos estamos cobijando de ningún partido y ningún candidato o candidata para elegir nuestros derechos”, ratificaron, para luego señalar:
“No somos parte de ningún movimiento político. El movimiento feminista tiene muchas décadas luchando contra la opresión, contra la discriminación, contra los distintos tipos de violencia que existen. Ningún partido te va a garantizar ningún derecho, porque en su raíz está el patriarcado y en su raíz está la opresión”.
El movimiento feminista es democrático, transversal, incluyente, apartidista y sin religión alguna.
PERSPECTIVA DE GÉNERO, GRAN AUSENTE EN LAS INVESTIGACIONES
Otra problemática que obliga a las féminas a salir a marchar y protestar, es que la violencia en género queda invisible ante los ojos de elementos de investigación que no tienen perspectiva en el tema.
“No se han reconocido los feminicidios que se han registrado hasta el momento. La procuraduría solo ha dicho que han sucedido dos, sin embargo, hay uno más que por lo menos fue tipificado de manera incorrecta como homicidio doloso, como sucedió durante el año 2020 y desde 2013, que existe el feminicidio como tipo penal en nuestro código”, advirtieron las activistas.
“El año pasado se registraron cuatro, pero en realidad fueron cinco. No se ha reconocido uno, pero año con año es una constante que tratan de tapar la cuestión de feminicidio, tipificándolos como homicidios todo el tiempo”, expusieron.
A través de la red, el 25 de noviembre de 2020 purgaron la necesidad de un banco de datos que de manera desagregada muestre la violencia hacia las mujeres en diferentes ámbitos.
Por ejemplo, no se cuenta con información sobre violencia digital o acoso. Solamente existen los datos que publica el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
“No hay datos locales sobre muchos delitos hacia las mujeres y no se brinda la información desagregada. Entonces, sabemos la violencia generalizada, pero no concretamente hacia las mujeres”, reiteraron.
La presión que ha ejercido el movimiento feminista, ha ocasionado que las autoridades comiencen a trabajar y a reconocer la existencia de la violencia de género. No obstante, existe una omisión evidente por parte de los encargados de repartir justicia, ya que, sin presión, no hay avances en las carpetas.
“Si no se reconoce la violencia, cómo vamos a tratarla, cómo vamos a entenderla, cómo vamos a erradicarla, si ni siquiera se está reconociendo. No tenemos idea de la magnitud del problema que representa para las mujeres sudcalifornianas la violencia feminicida porque no hay cifras reales que estén en concordancia con la realidad”, denuncian.
“Mientras no haya cifras, vamos a seguir pugnando para que haya cifras y además se sancionen estos delitos. Ellos dicen que ya resolvieron los casos porque hay una persona en prisión preventiva, pero así pueden pasar dos, tres años y la carpeta de investigación, jamás se les dicta sentencia”, plantean las activistas.
LA PANDEMIA DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN BCS
En conmemoración del 8M, el Congreso del Estado llevó a cabo un conversatorio en el que mujeres especialistas en diversas áreas compartieron su perspectiva y datos sobre cómo la pandemia del coronavirus ha sido especialmente más difícil para sus congéneres.
¿A qué se han enfrentado las mujeres durante la pandemia para reducir los niveles graves de violencia?, fue la pregunta que imperó durante el foro.
La doctora en investigación psicológica y directora de la asociación civil Centro de Mujeres, Mónica Jasis Silberg, abrió el foro subrayando que la crisis sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2 exhibió otras pandemias que enfrentan las mujeres, como la situación de violencia. No solo no se contuvo, sino que despuntó durante 2020.
Agregó que cuando se cerraron los servicios, se tuvo que luchar para que los refugios y otras dependencias pudieran seguir funcionando. Asimismo, los únicos indicadores claros y concretos para decir que la pandemia de violencia contra las mujeres se desbordó, fueron las llamadas de auxilio, con un promedio de 143 por hora.
Violencia sexual y violencia familiar, eran las principales denuncias a través de las llamadas de auxilio, “también se desbordaron los asesinatos contra las mujeres y los feminicidios, llegamos al punto de tener casi 12 mujeres asesinadas por día en este país, cuando los asesinatos de los hombres se redujeron”, detalló la doctora.
Según datos del SESNSP, la violencia familiar y de género aumentó en un 61% en Baja California Sur.
Por su parte, Eufrosina López, originaria de Oaxaca y representante de las mujeres indígenas en Cabo San Lucas, además de activista social y presidenta de la comunidad indígena y afromexicana de Los Cabos, dio su testimonio sobre la violencia y racismo al que se ha enfrentado desde que inició la crisis por COVID-19:
Al buscar trabajo, vivió la discriminación por su color de piel y por su origen, demostrando que los prejuicios de los empleadores han estado presentes durante la pandemia, a la vez de compartir que la situación que vivió la mujer indígena en Los Cabos provocaba un sentimiento de impotencia, ya que la pandemia las obligó a recluirse en sus hogares junto con sus hijos e hijas, sin recurso económico y sin sustentabilidad.
Buscar la medicina se convirtió en una peregrinación no solo al tratarse de coronavirus, sino de otras enfermedades comunes. López rememoró que era viajar de hospital en hospital buscando un espacio para ser atendidas.
“No podíamos hacer nada, porque era estar encerradas. Todo fue un caos. Hago un llamado a las ciudadanías, a los gobiernos y a las instancias, porque sí es bien fácil decir ‘Quédate en casa’ cuando tienes un trabajo, un buen salario. Cuando no lo tienes, cuando vives al día, como pasa con muchas mujeres artesanas que salimos a vender nuestro producto y lo que ganamos al día si no lo tienes no puedes generarlo, ¿qué pasa? Esa sociedad vulnerable, se vuelve un caos”, mencionó.
Gladys Navarro, periodista y profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), sustentó que falta dimensionar el escenario de violencia que viven las mujeres desde los medios de comunicación.
En las páginas de los periódicos y portales en línea se aborda la crisis, pero falta visibilizar lo que enfrentan las mujeres. La violencia letal es lo que predomina, no obstante, hay mucho más.
“En principio, desde los medios de comunicación me parece que es trabajar en conciencia colectiva a partir de nuestro trabajo como medios, porque hemos tenido varios años de poder ir avanzando en visibilizar la rabia, las historias de abuso y cómo las mujeres están despertando y rompiendo el silencio; sin embargo, pareciera que desde los medios de comunicación todavía nos hace falta mucho más”, expuso.
“Mucho se ha comentado que los feminicidios son la punta del iceberg, es decir, las mujeres venimos enfrentando violencias en todos los ámbitos, desde siempre”, agregó.
Para la catedrática, es necesario un ejercicio de autocrítica, trabajar en contar historias de mujeres, de vida, de violencia, visibilizar los casos y cómo ocurren; pero también la cotidianidad para poder sostener a las familias y todo lo que enfrentaron en la pandemia.
Activistas, académicas, especialistas y servidoras públicas, coinciden en que es necesario que las instituciones y medios de comunicación se inunden en la perspectiva de género para iniciar con la erradicación de las violencias que enfrentan niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres en Baja California Sur y el resto de México.