Este fin de semana fue el primero con bares abiertos, luego de que la Secretaría de Salud autorizara su apertura tras pasar a semáforo de riesgo Amarillo, debido a ello, la avenida Revolución en Zona Centro lució llena.
En un recorrido realizado por Semanario ZETA se pudo constatar que la movilidad se concentró en Zona Río y Centro, además que desde el viernes se registraron filas para cruzar a Estados Unidos, que llegaban hasta el Hospital General.
Mercados, plazas e iglesias tuvieron un flujo normal, la gente usando cubrebocas y con las medidas de higiene básicas, sin embargo, fue en los bares donde se concentró la mayoría de la gente.
La avenida Revolución lució como hace meses no lo hacía, tijuanenses y turistas extranjeros hacían fila para ingresar a los bares, los cuales tienen un 50 por ciento de aforo permitido y el permiso para cerrar a las 2:00 o 3:00 horas, y ya no a medianoche.
Las Pulgas, Latinos, Copeo y otros bares y centros nocturnos tenían largas filas de personas, en espera para ingresar, en el interior de algunos no se respetó el aforo permitido y dejaron que entrara más gente, a pesar de la advertencia de clausurarles el lugar, en caso de ser detectados.
La gente ya no temió a la COVID19, a pesar de que Alonso Pérez Rico, anunció desde el viernes 12 de marzo, que la tasa de Reproducción Efectiva de Tijuana, Tecate y Rosarito está por encima de 1.
Eso significa que por cada persona contagiada infecta a dos más, y aunque el funcionario señaló que se espera un repunte de contagios a causa de la apertura de actividades, por lo que pidió a la población no relajar las medidas sanitarias.
“Hemos observado que se están relajando las medidas y eso traerá consigo mayor cantidad de contagios que se convierten en incremento de hospitalizaciones y nos llevará a regresar en el semáforo epidemiológico”, comentó.