Víctor Escobar Sánchez, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción de Baja California, explicó que los cortes de luz padecidos en diferentes puntos de los municipios bajacalifornianos, en el marco de las tormentas invernales y los vientos de Santa Ana, se deben a la falta de mantenimiento.
“Basta recorrer las calles del Estado para encontrarse con más de un poste ladeado, lo que provoca que los cables de alta tensión no estén los suficientemente tirantes o rígidos, entonces llegan los vientos y se da el chicoteo, creando cortos que se trasmiten a los transformadores y se dan los cortes”, explicó.
La mañana del 25 de enero, la Dirección de Bomberos de Tijuana registró la caída de cables eléctricos en las colonias Fidel Velázquez y Terrazas del Sol, así como un poste de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) derribado en la colonia Independencia, relacionado con una tormenta invernal proveniente de Estados Unidos.
Ese lunes, 118 mil 555 usuarios en Baja California, que representan el 8% del total de usuarios de la CFE, se quedaron son luz por varias horas. Y en varias etapas, zonas como las de Playas y Santa Fe, padecieron más de dos a tres cortes prolongados.
Después que varias colonias en dos entidades federativas se quedaron sin energía eléctrica durante dos días, fue hasta el tercero, miércoles 27 de enero, que la CFE emitió un comunicado: “La Comisión Federal de Electricidad informó que tras el paso del frente frío número 31 que afectó el suministro eléctrico a 239 mil 910 usuarios de los estados de Baja California y Sonora, el servicio ya se restableció al 100 por ciento”.
Reportaron que la reconexión de servicio fue resultado del trabajo de 256 empleados electricistas, con 55 grúas y 62 vehículos, no así la razón específica del corte.
Tampoco dieron explicaciones luego que, la mañana del 29 de enero, un transformador cayera sobre el cofre de un auto en la calle Jalisco, casi esquina con Bulevar Gustavo Díaz Ordaz en la colonia Cacho de Tijuana.
Evidentemente la política de incomunicación es nacional, porque tampoco se esforzaron en presentar una explicación creíble después del mega-apagón nacional que el 28 de diciembre del 2020 dejó sin luz a 10.3 millones de usuarios en el país.
Expuestos como mentirosos al tratar de justificar la caída del servicio con el informe falso que responsabilizaba a un incendio en Tamaulipas, después dijeron que siempre no, y aseguraron que se debió a que el día de corte “había muy baja demanda” y una generación excedida de energía eólica y fotovoltaica del 28%, “el mayor valor en la historia”.
Y mientras en México responsabilizaron del corto al “exceso” de producción de energías limpias, en España, el Operador del Mercado Ibérico de Electricidad anunciaba el 1 de febrero de 2021 que ese día la electricidad había salido prácticamente gratis y los costos se habían disminuido por los fuertes vientos.
Situación que aprovecharon para reducir la participación de la aborrecida -por la 4T- Iniciativa Privada en el sector y centralizar para darle más poder el Estado. Anunciaron que retirarán y limitarán la operación de los particulares y parte de la generación de energía renovable porque “el sistema nacional no puede operar con exceso de generación intermitente”.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador amarró el círculo de protección el 1 de febrero, al enviar al Congreso una iniciativa para reformar la Ley de la Industria Eléctrica para darle preferencia a la CFE frente a los productores de energía privados en la alimentación del sistema eléctrico nacional. Todo en medio de la opacidad, evidentes ineficiencias derivadas del incumplimiento en los temas de mantenimiento.
Para los bajacalifornianos, el acceso a los servicios básicos se ha complicado en la temporada, porque a los cortes de luz se suman los tandeos de agua responsabilidad del Gobierno del Estado, los cuales se supone, solo se harían en verano por la alta demanda de agua, pero no.
Resulta que, por una u otra razón, si una falla eléctrica en el equipo de bombeo, el bajo nivel de agua en un tanque, la reubicación de una estación reductora de presión y si no quieren dar explicaciones por “diferentes fallas en la infraestructura”, siempre hay alguna o algunas colonias sin agua. De nuevo, recordó el ingeniero Escobar, por “falta de mantenimiento”.
La carencia del vital líquido adquiere tintes calamitosos frente a las necesidades de aseo requeridas por la pandemia de COVID-19, y la necesidad llega al punto de la catástrofe con los incendios.
Como sucedió la primera semana de diciembre en Tijuana, donde la condición Santa Ana facilitaron una serie de incendios que en las colonias Xicoténcatl Leyva y Cumbres del Rubí, tuvieron efectos devastadores porque los bomberos llegaron, pero no había suministro de agua.
Las tormentas invernales y los vientos son fenómenos meteorológicos anuales, sin embargo, la evidente falta de mantenimiento de la infraestructura ha provocado mayores problemas en el último año. Y ante discursos cargados de excusas y la ausencia de transparencia, resulta difícil saber cuándo habrá una solución de fondo, o si siquiera la están planeando.
Por lo pronto, el próximo fin se semana se anunciaron fuertes vientos, y como dijo el ingeniero Escobar: ¿Qué tal si los gobiernos se ponen de acuerdo y mínimo no cortan el agua? Mínimo para que los bomberos puedan combatir incendios. Y cuando lleguen los días calmos, los grupos de la sociedad civil organizada exijan a la CFE, para empezar, el mantenimiento de la red de poste y cableado.