Con esta película, Jonah Hill demostró no solo ser un buen actor, más que un buen comediante. También es un realizador prometedor que en su ópera prima parte de una historia que bien pudo ser su propia adolescencia.
Sunny Suljic es un chico de 13 años que parece que tiene 11, pues ni asomo hay de pubertad al interpretar a Stevie, quien pronto es apodado como “Sunburn” por un grupo de adolescentes que, propio de su edad, se hacen sus amigos del alma.
Ruben (Gio Galicia), Ray (Na-kel Smith), “Fuckshit” (Olan Prenatt) y “Fourth Grade” (Ryder McLaughlin) tienen dos cosas en común: la camaradería y la pasión por la patineta que incluso pretenden convertirla en el vehículo para una carrera a futuro cercano. Para todo hay cabida en Los Ángeles.
Stevie no sabe patinar, pero pronto le encuentra el modo y se integra a la pandilla que le permite, además de encontrarse a sí mismo, huir de Ian (Lucas Hedges), el hermano mayor, un joven solitario, taciturno e iracundo que lo golpea un día sí y otro también, mientras que su madre no percibe la violencia en casa ni advierte que su hijo menor está empezando a vivir.
Lo interesante de esta película es que evita todos los posibles clichés. Nada de caer en drogadicción, delincuencia y demás extremos. Se trata aquí de armar un retrato honesto de la adolescencia, con sus primeras experiencias, peligros y enormes descubrimientos que permite que un niño se convierta en un joven.
Hill logra esto con un guion sincero, sin artificios y un elenco francamente insuperable, donde los chicos son convincentes, naturales, espontáneos, y esto permite asimilar a los personajes, atestiguar sus ocurrencias, advertir sus peligros y, al final, comprender que todo lo que aquí se narra es parte del desarrollo natural de unos chicos que crecieron en el Hollywood de los 90 y de los cuales emergió un cineasta, en este caso “4th Grade”, que bien puede ser el reflejo del propio Jonah Hill.
Además de formar parte del catálogo de HBO, este sólido y divertido largometraje está disponible en televisión de paga. ****
Punto final. – Al paso que vamos, 2021 se perfila para ser otro año sin salas de cine llenas.