Celeste Ortega, manager de conservación de manglares de Costa Salvaje A.C., reunió evidencia suficiente para determinar que al menos tres zonas de este ecosistema protegido resultaron con daños tras remodelaciones en la carretera La Paz-Pichilingue.
Explicó que por medio de unas denuncias realizadas en redes sociales, se dio a la tarea de dar seguimiento al tema y así verificar el estado de los manglares.
La idea principal era documentar con fotos y coordenadas las afectaciones, para interponer una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
“La denuncia ya está elaborada, estamos afinando detalles porque hemos estado obteniendo más información a través de redes sociales, como fotos. Una vez ya ingresada, intentaremos buscar autoridades ambientales para atender y que no se degrade más la situación de los manglares”, dijo.
Aclaró que aún no se puede determinar con exactitud la magnitud del daño que han sufrido estos ecosistemas. No obstante, sí cuentan con evidencia que demuestra que hay individuos de mangle secos en un parche frente a la playa Eréndira y otro frente la unidad de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) en la carretera.
“Específicamente mangle negro, se ven totalmente secos; yo digo secos porque ya están muertos. En Eréndira está totalmente obstruido el canal, el flujo hídrico está obstruido por la construcción de la carretera”, detalló.
“En una de las ocasiones que fui había marea alta, pero no entra suficiente agua. En Pichilingue sí hay un acceso abierto, pero no sé si por la dinámica no está entrando suficiente agua”, expuso.
Sin embargo, durante esta documentación, Celeste Ortega y otra activista fueron amedrentadas por personal de seguridad privada aún no identificado.
Tomaron fotografías de ellas, de las placas del vehículo en el que viajaban e intentaron impedir que levantaran evidencia en la zona.
“No hemos podido identificar, ni buscado quiénes eran. Por revisiones en las páginas de Semarnat encontramos un proyecto de una gasera que pudiera ser o creemos que podía ser la instalación de una de las torres”.
“Es un supuesto, nadie se identificó con nosotros. No podemos tener la certeza de que es esta obra. En la denuncia estamos señalando esta situación”, dijo.
Celeste enfatizó que los manglares dañados se encuentran dentro del Ramar del Mogote-Ensenada de La Paz, los cuales son considerados humedales de importancia internacional dentro de convenciones que obligan a México a proteger y designar estos ecosistemas.
Precisó que ante la remodelación es probable que se haya afectado el flujo hidráulico de los manglares, sin embargo, debe existir un compromiso antes de realizar obras para protegerlos.
“Puede que en los demás sitios sí hayan realizado obras en beneficio de los manglares, pero en estos no. Quizás no se dieron cuenta, pero que revisen y tomen las medidas necesarias para restaurar”, reiteró.
De acuerdo con la especialista, los manglares son ecosistema que otorgan muchos beneficios. Mitigan efectos de huracanes y tormentas, funcionando como barreras protectoras; filtran contaminantes y ayudan a mitigar efectos del cambio climático.
Están asociados a las pesquerías, muchas especies de importancia viven alguna etapa de su vida en estas zonas.
“No sólo generan alimento, sino que también son importantes para las comunidades que se dedican a la pesca ribereña. Filtran alrededor del suelo muchísima cantidad de dióxido de carbono, comprobado que en mayor cantidad que bosques y selvas tropicales”, finalizó.
