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jueves, febrero 15, 2024
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Sobreexplotan arena y acuífero en Ojos Negros

Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la explotación de arenas representa una ganancia económica extraordinaria a nivel estatal para las empresas que realizan esta actividad; sin embargo, no impacta en la economía local de los valles de Ojos Negros y Real del Castillo, al contrario: afecta la condición del acuífero

La sobreexplotación de arena y del acuífero de Ojos Negros representa un riesgo para las actividades productivas y genera una afectación ambiental en su valle, situación documentada y expuesta por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y denunciada por representantes de cuatro ejidos enclavados en esa zona.


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En 2017, de acuerdo con el estudio técnico de aguas nacionales subterráneas del acuífero Ojos Negros, clave 0208, en la Región Hidrológico-Administrativa Península de Baja California, se concluye que la explotación de arenas representa una ganancia económica extraordinaria a nivel estatal para empresas que llevan a cabo esa actividad; sin embargo, no impacta en la economía local de los valles de Ojos Negros y Real del Castillo, al contrario: la explotación desordenada afecta la condición del acuífero.

Tan es así que en el mismo estudio se expone que el del acuífero se extraen 25.5 millones de metros cúbico de agua subterránea, mientras que la recarga recibida se cuantifica en 19 millones de metros cúbicos anuales, lo que coloca al acuífero en una condición de sobreexplotación de 6.5 millones de metro cúbicos anuales.

En agosto de 2020, representantes de los ejidos Real del Castillo, Real del Castillo Viejo, Sierra de Juárez y Laguna Hanson, entregaron al Gobierno del Estado un escrito dirigido al gobernador Jaime Bonilla Valdez, “solicitando su intervención urgente para resolver la problemática de la afectación ambiental en el Valle de Ojos Negros, derivada de la extracción de arena”.


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Firmado por Carlos Zamora, Aurora García, José Francisco Ruvalcaba y Juan Carlos Almaraz, el documento también señala que las empresas extractoras de arena están destruyendo caminos propiedad de los ejidos, las siembras agrícolas con la contaminación por el polvo y la extracción abusiva, afectando los mantos acuíferos.

El documento escrito a puño y letra fue sellado de recibido en las oficinas del Poder Ejecutivo del Estado en Ensenada el 31 de agosto. Ante el señalamiento de los ejidatarios, se buscó la versión del gobierno estatal, pero al cierre de edición, no hubo respuesta.

NO ES EXTRACCIÓN, ES SAQUEO: EJIDATARIO

José Francisco Ruvalcaba, del Ejido Real del Castillo, comentó vía telefónica que el Gobierno del Estado entregó concesiones a particulares (no en el cauce del arroyo El Barbón, lo que sería competencia del Gobierno Federal) en parcelas agrícolas para poder extraer arena.

“No estamos en contra de la extracción regulada y medida, el problema es que las empresas, entre estas Servicios Petros, de los hermanos Jorge y Víctor Valdez; y la Ferretería Las Lomitas de José Ruvalcaba, han cavado ya hasta 10 metros, esto genera que la poca agua corra y no se infiltre en el acuífero”, denunció el representante de Real del Castillo.

Las empresas extractoras no están respetando ninguna metodología, simplemente están saqueando y no extrayendo, además, no muestran si sus concesiones están vigentes; cuatro empresas afectan a otras 120 agrícolas.

Derivado del escrito girado al gobernador del Estado, Jaime Bonilla Valdez ordenó parar actividades para revisar la denuncia de los ejidatarios, pero después pidió a los ejidatarios negociar con los empresarios.

“Lo que va a pasar es que cambie el cauce del arroyo, va a ser un desastre”, y, de seguir así “en 10 años se acabará la actividad agrícola”, denunció Ruvalcaba.

 

ESCASEZ NATURAL Y SOBREEXPLOTACIÓN

El acuífero de Ojos Negros se ubica en una región con clima árido, con poca precipitación pluvial y largos periodos de sequía, así como menos nevadas en la parte alta de la Sierra de Juárez, lo que impacta de manera negativa en su infiltración y recarga.

Aunado a lo anterior, durante 17 años la diferencia entre la recarga y la extracción ha generado una sobreexplotación anual del acuífero de 6.5 millones de metros cúbicos anuales (se extraen 25.5 y se recargan 19 millones), lo que provoca un drenado sin posibilidades de recuperación.

En su estudio, la Semarnat avizora que dichas circunstancias, junto con el posible incremento de la demanda de agua para cubrir las necesidades básicas de sus habitantes y las actividades económicas, así como la nula disponibilidad media anual de agua subterránea, podrían generar competencia por el recurso entre los usuarios, implicando el riesgo de agravar los efectos negativos de la explotación intensiva.

Por el abatimiento del agua subterránea persiste el riesgo de que se agraven efectos perjudiciales, como la inutilización de pozos, incremento en costos de bombeo y el deterioro de la calidad del recurso.

El acuífero se recarga a través del arroyo El Barbón y de retorno de aguas de riego; al transitar el arroyo por el valle, el agua se infiltra en las arenas gruesas del cauce, que se extienden 25 kilómetros y un ancho promedio de 300 metros.

Bajo condiciones naturales, el acuífero se conservaba en equilibrio dinámico, era abatido en periodos de estiaje y cuando se presentaban escurrimientos extraordinarios en el arroyo El Barbón, lograban recargar el acuífero en su totalidad, llegando a presentar descargas naturales por flujo subterráneo en la porción Noroeste.

 

PRINCIPALES ACTIVIDADES Y CULTIVOS AGRÍCOLAS

El principal uso del agua subterránea en el acuífero Ojos Negros es agrícola, sin embargo, ante el incremento de la demanda principalmente para dicho fin, pone en riesgo de agravar la sobreexplotación.

Las actividades económicas predominantes en el valle son la agricultura y la ganadería.

El Valle de Ojos Negros es de importancia, debido a que tiene un impacto en la economía regional con efectos transfronterizos. Sus productos agrícolas incluyen alfalfa, cebollín, cebolla, sandía y otras hortalizas comercializadas en ambos lados de la frontera.

De las casi 6 mil personas asentadas en la superficie del acuífero, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2010, unas 2 mil personas dependían directamente de la economía de los productos del valle

Los principales cultivos son forrajes perennes como alfalfa, forrajes de temporal como avena, cebada, maíz, sorgo y otros pastos; granos como cebada, trigo, sorgo, maíz y vegetal (cebolla, cebollín, papas y, en menor grado, sandía, melón, ajo, chiles, lechuga, calabaza, rábanos, cilantro, pepinos, col, zanahoria y otras frutas y plantas ornamentales).

De acuerdo con reportes de producción, la productividad de las hortalizas es alta, con un rango de 15 a 20 toneladas/hectárea. La falta de disponibilidad de agua está haciendo que los productores migren a cultivos más redituables y de menos consumo de agua, observándose un crecimiento en la superficie de hortalizas.

El Valle de Ojos Negros también se encuentra considerado dentro de la franja del cinturón del vino de Baja California, con impulso al establecimiento de viñedos para producir vinos finos, así como la producción de quesos tipo gourmet con un alto valor en el mercado nacional. También hay proyectos de ecoturismo.

MENOS PRECIIPITACIONES POR “LA NIÑA”

Derivado de la presencia del fenómeno conocido como “La Niña”, durante la temporada invernal se prevén precipitaciones pluviales por debajo del promedio en Ensenada.

Julio César Obregón Angulo, titular de la Coordinación Municipal de Protección Civil, dio a conocer que este fenómeno prevalecería en la región en 95%.

Explicó que en el reporte del Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), emitido en diciembre de 2020, se preveía que, a partir de la primavera, la presencia de dicho fenómeno disminuyera hasta 50%. Sin embargo, en la más reciente actualización se estima que dicho fenómeno se extienda hasta junio, es decir, hasta la víspera del verano.

“Para diciembre de 2020 se tenía un pronóstico de 36 milímetros de lluvia, pero solo se registró una acumulación de 10.7 milímetros, por lo que nos quedamos muy por debajo de la media de lo pronosticado”, apuntó el funcionario.

La poca probabilidad de precipitaciones pluviales incrementa los riesgos de sequía, y, por lo tanto, de problemas forestales durante el verano, “este año nos vamos a anticipar en la planeación de medidas tanto para la prevención, como para la respuesta inmediata a siniestros forestales”, adelantó.

Para concluir, Obregón Angulo destacó la importancia de que la población conozca con anticipación las predicciones climáticas y asuma responsabilidad en la parte que le corresponde, “en materia de prevención la comunidad es corresponsable con los tres órdenes de gobierno, y esta actualización que indica que el fenómeno ‘La Niña’ podría extenderse hasta el verano, debe hacernos conscientes para sumar esfuerzos y evitar sucesos qué lamentar en los próximos meses”.

Autor(a)

Marco A. Flores
Marco A. Flores
Egresado de la licenciatura en ciencias de la comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California. Ha sido reportero y jefe de información en diversos medios impresos, digitales y radiofónicos desde el 2007. Reportero del Semanario Zeta desde el año 2018.
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