A sus 65 años y con graves sospechas de corrupción en torno a su persona, el casinero Jorge Hank Rhon insiste en ser candidato a gobernador de Baja California. Y ahora sí, por el partido que caiga.
Ya fue candidato, ya fue derrotado. Sucedió en 2007, cuando contendió abanderado por el Partido Revolucionario Institucional contra el panista y ganador José Guadalupe Osuna Millán. Apoderado de las ruinas tricolores en Baja California, donde el partido no ha sido gobierno estatal desde 1989, Hank mueve los hilos para que su nombre aparezca de nueva cuenta en la boleta electoral.
Apestado político durante la época peñista, dada su derrota electoral y los múltiples señalamientos criminales, este 2021 Hank creyó que sería su año para ser candidato, obvio por el PRI, instituto del cual se ha autonombrado “soldado”, una herencia política de su padre, Carlos Hank González, quien fuera líder del Grupo Atlacomulco.
Pero Hank no contaba con la alianza PAN-PRI-PRD “Va por México”. Las cúpulas de los partidos negociaron las candidaturas, y los intentos de Alejandro Moreno, dirigente nacional del Revolucionario Institucional por posicionar a Jorge Hank en la candidatura en Baja California, hasta eso no fueron muchos. Al menos no los suficientes para que el señor de las apuestas lograra su cometido.
Lo primero que determinaron los líderes del PAN, del PRI, y del PRD, es que entre los candidatos que los representarían en la alianza no habría impresentables, no solo por el caso de Hank, que, vaya, es el paradigma en el tema, sino por las fobias que históricamente han tenido los miembros de los tres partidos en determinadas entidades y entre ellos mismos.
Claro que en lo de impresentable, Jorge Hank define el adjetivo. El hijo del profesor Hank González ha sido acusado de varios delitos, aunque de todos ha salido impune.
En 1988 (y hasta la fecha) fue considerado autor intelectual del asesinato del periodista, fundador y codirector de ZETA, Héctor “El Gato” Félix Miranda, a quien empleados de Hank acribillaron una mañana de abril de aquel año.
Los dos (o tres, según la versión) señalados como autores materiales, eran empleados del cuerpo de seguridad de Hank. Uno de ellos, Antonio Vera Palestina, era de hecho su jefe de escoltas. Las armas con que asesinaron al columnista fueron relacionadas con el Hipódromo Agua Caliente, entonces concesión de Hank, lo mismo que los vehículos que utilizaron para emboscar al periodista.
Los dos asesinos materiales ya compurgaron su pena por el homicidio de Félix Miranda. Vera Palestina regresó a ocupar, hasta la fecha, el cargo de jefe de escoltas de Hank Rhon, incluso se traslada armado, cuando eso para él significa un delito, al contar con antecedentes penales. Impunidad total.
Años después, Jorge Hank fue detenido, a mediados de los noventa, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por contrabando. Venía de un viaje internacional y atiborrado el avión de objetos prohibidos. Abrigos de pieles de animales en peligro de extinción, joyas, colmillos de marfil y otras decenas de producto ilícitos. Al final, al entonces junior de la familia Hank, lo liberaron, informando oficialmente que toda la mercancía eran réplicas, baratijas, piratería, nada genuino. Otra vez, la impunidad.
Para 2009, otra vez el crimen a la sombra de Hank Rhon. Su nuera, novia de uno de sus 23 hijos y madre de uno de tantos nietos, fue asesinada. El caso tuvo relevancia no solo porque se trataba de la joven relacionada con el señor de las apuestas, sino por todas las inconsistencias que hubo en la investigación y que involucraban al patriarca de los Hank en BC.
En el mismo año, ante tanta sospecha no solo en México, sino en Estados Unidos, donde se le señala de vínculos primero con el Cártel Arellano Félix y posteriormente con el de Sinaloa, el Departamento de Migración de la Unión Americana le retiró la visa de turista que como mexicano tenía para internarse a ese territorio, documento que hasta la fecha le ha sido negado.
Dos años después, otra vez en la polémica criminal. En junio de 2011, elementos del Ejército Mexicano destacados en la II Zona Militar con sede en Tijuana, irrumpieron en la residencia de Hank Rhon por la madrugada, y encontraron 89 armas y miles de cartuchos. Habían llegado allí por la declaración de un testigo protegido, que no solo les dijo dónde localizar el armamento, sino en los casos en los cuales había sido utilizado por el equipo de seguridad de Hank, entre ellos, los hijos de Antonio Vera Palestina, el sentenciado asesino de Héctor Félix Miranda.
Jorge Hank fue detenido ese día e internado en el penal de El Hongo, penitenciaría de mediana seguridad en Baja California. Ahí estuvo poco más de 10 días, hasta que con la ayuda de sus abogados y del Poder Judicial de la Federación, obtuvo la libertad por violaciones al debido proceso. Por las 89 armas, ya ni regresó. Otra vez más, un favorecido de la impunidad en México.
De aquellas armas, la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado determinó que cinco habían sido utilizadas en los asesinatos de seis personas. Todas las víctimas de esos crímenes, de alguna forma ligadas al grupo de servicios del ex alcalde de Tijuana. Tales hechos delictivos concordaban con la información proporcionada a los militares por el testigo protegido, pero una vez más, no se investigó a Jorge Hank Rhon.
Hace unos días, después que su candidatura por la alianza “Va por Baja California” fuera desechada y que los dirigentes de los partidos determinaran que la candidatura al Gobierno del Estado de Baja California sería para una mujer, a Jorge Hank se han acercado otros partidos políticos. Él no ha dicho que no, y es pública su intención de contender para encabezar el Poder Ejecutivo del Estado.
Precisamente el Partido de Baja California se ha acercado al casinero para “convencerle” de ser su candidato a la gubernatura. Aún no ha dicho que no. De aceptar, estaría desertando a su militancia priista. Apoyado por la euforia que despierta el equipo de futbol que encabeza uno de sus hijos, y los actos de asistencialismo que solía realizar, previo a la pandemia Hank Rhon infla su ego con encuestas a modo que lo ubican como un “digno” contendiente de Morena, el partido en el poder en Baja California.
Total que ahí va otra vez Hank, el personaje que encarna como nadie la política criminal, el eterno sospechoso, el impune, el de las apuestas, el de las armas confiscadas, el ex reo de El Hongo. El sospechoso de siempre que quiere gobernar Baja California para convertirla, como cuando administró Tijuana, en tierra de nadie, a merced de la violencia y la inseguridad flagrantes, ahora sí, abiertamente a la orden del crimen.