Miles de migrantes hondureños regresaron este martes a su país, tras no poder llegar a Estados Unidos, después de que ayer lunes 18 de enero, las fuerzas de seguridad guatemaltecas disolvieran a la fuerza la caravana y los obligaran a retroceder en el departamento de Chiquimula, cercano a la línea fronteriza con México.
Según con cálculos oficiales, los hondureños forman parte de una caravana migrante conformada por más de 9 mil personas, misma que había salido en distintas fases los pasados miércoles, jueves y viernes, 13, 14 y 15 de enero, respectivamente, desde la ciudad de San Pedro Sula, en el norte del país centroamericano.
Los migrantes se colaron ilegalmente a Guatemala entre la noche del viernes 15 y la madrugada del sábado 16 de enero, por el puesto fronterizo El Florido, ubicado en el mismo departamento de Chiquimula.
El grupo que fue disuelto por el Ejército de Guatemala y la Policía Nacional Civil, ayer lunes, estaba compuesto por alrededor de 6 mil migrantes y se encontraba varado en una carretera de Chiquimula desde el pasado sábado 16 de enero, por la barrera impuesta por las fuerzas de seguridad guatemaltecas.
Mientras, los otros 3 mil hondureños que conformaban la caravana habían logrado avanzar en algunos casos y en otros la multitud se diluyó o emprendió el viaje de vuelta a su país, según lo informó la agencia española EFE.
El Instituto Guatemalteco de Migración ha confirmado hasta este martes 19 de enero, un total de 3 mil 329 hondureños devueltos obligatoriamente a su país, incluidos 461 menores, aunque la cifra podría ser mayor debido a los retornos voluntarios.
Desde la semana pasada, el gobierno guatemalteco había advertido que no dejaría avanzar a los hondureños sin cumplir con los requisitos migratorios, principalmente una prueba negativa del coronavirus SARS-CoV-2 (que causa la enfermedad COVID-19).