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jueves, febrero 15, 2024
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Los Vendedores de Silencios

Estos días de relativa paz y confinamiento he estado abocado a leer a dos autores sobresalientes por lo interesante, ameno y realmente divertido que resulta invertir tiempo y algunos pesos en la literatura más sana por la risa y amor al libro vivo, que alimenta y nutre vocabulario. Uno es Enrique Serna y el otro Armando Fuentes Aguirre “Catón”. Esta entrega la dedicaré a Serna.

Licenciado en Letras Hispánicas por la UNAM. Antes de ser un escritor profesional, trabajó en publicidad de cine y escribió argumentos de telenovelas y biografías de ídolos populares. Su primer cuento, “La bóveda”, lo publicó la Revista Mexicana de Cultura, suplemento del periódico El Nacional, en 1978. Su obra principal se compone de nueve novelas, tres volúmenes de relatos y tres libros de ensayos. Sus cuentos han sido seleccionados en antologías, una seleccionada por Gabriel García Márquez en 2003. Ha colaborado en los guiones de telenovelas como “Cuna de lobos” (1986), “En carne propia” (1990), “La sombra del otro” (1996) y “Sin pecado concebido” (2001).


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La lista de textos publicados por Serna incluye casi una docena de títulos, todos ellos con un estilo literario extraordinario: la lectura fácil, sencilla, fluida, amena, armada con historias encarnadas que se entretejen en cada página engancha. Además de que se devoren estos títulos de Serna que algunos están agotados en las librerías locales y deben conseguirse en las capitales, la Feria de Libro de Guadalajara, del Palacio de Minería de la UNAM y en comercios especializados de la CDMX o adquirir de segunda mano.

El libro más promocionado y reconocido últimamente es El vendedor de silencios, una historia real novelada de la que sacó mucha raja de corte político, periodístico y psiquiátrico. Tiene ingredientes apasionantes. La historia contemporánea del México del siglo XX, la política, la trama, las intrigas, las pasiones, los personajes secundarios que toman relevancia en el periodismo del diario Excélsior de la época del maestro Julio Scherer, el análisis psicológico del protagonista Carlos Denegrí, sus traumas, su alcoholismo desquiciante que a una personalidad tan brillante en sus columnas, como corrupto en sus chantajes, lo hacía prácticamente enloquecer, al grado que le costó la vida en un violento arranque de celos que coronaba el cóctel de sus interminables whiskies.

El vendedor de silencios tiene total y absoluta actualidad en nuestros días, especialmente en los estados, municipios y delegaciones. La federación dice en cada mañanera que tumbó todos esos terribles acuerdos de inclusión de la nómina. La democracia y el ciudadano salían perdiendo mucho al no darse cuenta de los hechos y acontecimientos. Lamentablemente no hay evidencias de que los gobernadores de cualquier partido y alcaldes hayan derrumbado explícitamente esta práctica de grave costo para la sociedad; no es el dinero, es la información de qué pasa o qué se esconde en las mesas de información de periódicos, radios y televisoras. Incluyendo los líderes de opinión en columnas de opinión nacionales o locales.


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Este libro es un retrato hablado del sector no menos importante en número y en posiciones de periodistas que viven del chayote de políticos, gobernantes y destacados empresarios que simulan ser “respetados” funcionarios.

Hay entre los corrillos y cafés políticos muy conocidas historias locales de conductores de radio o televisión que cobran o lucran toda clase de favores con/o por enormes ingresos mensuales, o en especie imaginable por callar y apagar noticias que desnudan, exhiben y harían mucho daño a la imagen de magnates, igual que diputados, senadores, regidores, gobernadores o alcaldes. Información que de salir a la luz pública y de ser analizada con rigor crítico profesional o vocación periodística genuina… Los sueldos que tienen en las estaciones de radio o televisión son de vergüenza, comparados con los acuerdos que guardan en secreto con los gobiernos y sus departamentos de comunicación.

Serna goza en esta casa de una amplia recomendación de argumento, imaginación, congruencia, ilación, interés por continuar leyendo más obras (entre ellas la biografía de Antonio López de Santana), miedo a los animales, que causó malestar en los medios de comunicación por hablar con la verdad. Inexplicablemente -y lástima para un autor admirado-, es un crítico alineado a la derecha retrograda. Nadie es perfecto.

 

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.

Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com

Autor(a)

Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ortiz Ramírez Héctor Ortiz Ramírez Hector O 37 cygnus9304@hotmail.com
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