El 11 de enero un hombre de la tercera edad falleció de un aparente infarto fulminante en las instalaciones del Ayuntamiento de Tijuana; mientras que trabajadores del municipio responsabilizaron a la síndico procuradora por no permitir la instalación del elevador para adultos mayores y personas con discapacidad, también faltó que tuvieran en óptimas condiciones el desfibrilador externo automático (DEA) que se adquirió en 2015.
El hombre que perdió la vida fue identificado como Eduardo Muñoz López, de 68 años de edad, quien se desvaneció cuando se disponía a acceder al primer nivel del edificio por las escaleras. De acuerdo con algunos testimonios, policías municipales que resguardan los accesos del lugar solicitaron apoyo a paramédicos de la Cruz Roja para que le brindaran los primeros auxilios, mismos que confirmaron que ya había fallecido.
Justo a un costado del acceso principal de Palacio Municipal, se ubica uno de los seis aparatos desfibriladores que se adquirieron en el XXI Ayuntamiento y que se instalaron en recintos con gran afluencia ciudadana para tratar de prevenir incidentes como el ocurrido el lunes 11.
Los aparatos fueron gestionados a través de la asociación Corazón Seguro, que fomenta la presencia de los desfibriladores en lugares públicos, así como la capacitación de la ciudadanía para que tengan las herramientas necesarias para brindar los primeros auxilios ante una emergencia cardíaca.
De acuerdo con información obtenida por este Semanario, los seis aparatos están en desuso desde hace un año, luego de que sus pilas caducaran y la actual administración no procediera a reemplazarlas; sin embargo, posterior al fallecimiento del señor Eduardo, solicitaron el cambio de pilas. El resto de los DEA se ubican en las instalaciones del DIF Municipal, Parque Morelos, Casa de la Cultura, CREA y la Unidad Deportiva.
La Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recomienda el uso de un desfibrilador como tercer paso dentro de la cadena de supervivencia para pacientes con un paro cardio respiratorio, debido a que el 90 por ciento de los afectados presentan una frecuencia cardiaca irregular que puede ser corregida con las descargas eléctricas del aparato.
El inicio de la cadena es solicitar el apoyo de los servicios de emergencia; el segundo paso sugiere que una persona capacitada brinde reanimación cardio pulmonar y use el desfibrilador hasta que lleguen los primeros respondientes; seguir estos pasos al pie de la letra garantiza salvar la vida de quien sufre un ataque o paro cardiaco.