De Trez en Trez
Uno.- A un día de que termine este año 2020 (no encontré el o los adjetivos pertinentes para calificarlo), no sé si transcurrió muy rápido o si duró más de los debido; si fue solo de tribulaciones o también de aprendizajes, tal vez de pérdidas, pero también de oportunidades; no lo sé exactamente.
Al día 364 hago el símil -si me lo permite- de aquel perro que camina por la calle y es atrapado entre los cepillos de una barredora mecánica que, luego de darle vueltas y más vueltas, lo arroja a la banqueta totalmente desconcertado, sucio, lastimado, revolcado, ignorando qué sucedió; imaginándose lo peor y agradecido de seguir aún en este mundo, pero sin saber por cuánto tiempo más.
Después de la celebración del último día de 2019, festejando la llegada del año nuevo -sin imaginar siquiera lo que éste traería- vinieron dos escapadas a destinos de playa y sol para huir un poco del frío de enero y febrero que caracteriza a esta región; ya se escuchaban entonces las primeras noticias del nuevo virus, cada vez con más insistencia ya presente en el país. Poco antes de la segunda quincena de marzo la preocupación se hizo presente entre los servidores turísticos: “…los clientes han estado cancelando sus reservaciones y ya no hacen otras para los meses venideros, esto se va a poner mal”, me comentó el gerente de un hotel.
Y en efecto, aunque desde enero se sabía de este nuevo virus que estaba provocando muertes en Asia primero y luego en Europa, acá se dijo que eso sucedía “allá lejos”; luego se trató de minimizar el peligro afirmando que se trataba de “poco más de una gripe común”, sin embargo, las notas que llegaban informaban de otra cosa mucho mayo. Pero, en todo caso, dijeron las autoridades del gobierno federal, “estamos preparados”; cuando se declaró la pandemia se vio que no era cierto y que se echaron por la borda casi dos meses de ventaja que tuvimos respecto de los sitios en los que el virus atacó primero.
Así, de febrero a este miércoles 30 de diciembre, en nuestro país hemos navegado entre la minimización, la improvisación, las contradicciones, las descalificaciones, las carencias de insumos y equipo médico, las fallas, la ignorancia, los aires de autosuficiencia, la irresponsabilidad de las autoridades y de buena parte de la población, las cifras que no cuadran, las curvas que nunca terminaron por aplanarse y los picos de las gráficas que indican repuntes un día sí y otro también.
Doz.- Resultado: Hasta el inicio de esta semana, a nivel mundial se registran 81 millones de contagios y más de 1 millón 775 mil muertos por Covid-19; en México, según cifras oficiales -insisto, oficiales- se habla de casi 1 millón 400 mil casos y más de 122 mil muertos.
Con estos antecedentes, desde la semana anterior están llegando a cuentagotas las primeras vacunas contra la Covid-19, para lo cual se hizo todo un show en forma de simulacro y se “capacitó” a médicos y demás personal en la aplicación de la vacuna; se le volvió a dar un papel preponderante -una tarea más- a los militares.
Sin embargo, y sin ánimo de jugarle al pitoniso, las vacunas a más de apresuradas, resultarán un tanto insuficientes: atenuarán un poco la emergencia sanitaria sin ser la solución total; estarán llegando de diversos laboratorios y países y de no tener en la práctica un bien organizado esquema de vacunación, buena parte de la población quedará desprotegida; incluso, se dice que hay intereses poco claros tirándole a obscuros para comercializarlas, y por supuesto, se espera que no sean utilizadas como herramienta electoral. Pasará un buen tiempo si se pretende vacunar a toda la población que así lo desee hacer.
La llamada “cuesta de enero” se hará más difícil, más empinada y bien podría prolongarse hasta después de la segunda mitad del año que está a punto de estrenarse, pues al inicio se esperan los casos de los contagios que se darán a raíz de las festividades de Navidad y Año Nuevo, con lo que la situación sanitaria y como consecuencia la económica apretarán a la mayor parte de la población de este país.
Trez.- Cierto, en 2020 aprendimos a valorar lo que tenemos, nos reconocimos como vulnerables, apreciamos más a la familia, nos sabemos necesarios, mas no indispensables, dimensionamos la verdadera estatura del ser humano, caímos en cuenta de que no somos dueños del tiempo ni de nuestro destino, nos percatamos que somos pasajeros en esta vida y que deberíamos hacer algo para no pasar en tono gris por ella.
…Al final, el 2020 serán los mismos 365 días, como cada año, solo que con la situación de pandemia, para muchos fue corto y para otros está resultando eterno. Que todo sea mejor para todos en 2021, es un sincero y urgente deseo.
P.D.1.- ¡Ya! Párale 2020… Armando Manzanero no logró esquivar la COVID-19 y sus consecuencias; justo ahora, al redactar estos comentarios se lamenta la muerte del compositor yucateco. Uno más de los grandes que se va…
P.D.1.- Aún no termina 2020 y ya todos los partidos políticos y sus intereses inundan con sus spots todos los medios de comunicación con las descalificaciones y promesas de siempre. La “spotiza” ha comenzado…
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.
Correo: profeohe@hotmail.com