Es muy claro que, aunque logren -todavía- sacar la mayoría en los temas trascendentales en el Congreso del Estado, la bancada de Morena tiene serios problemas en la comunicación de los integrantes. Y es más que evidente que uno de los principales generadores de los conflictos es el diputado tijuanense Víctor Morán Hernández, uno de los alfiles del gobernador Jaime Bonilla Valdez, quien a manera de broma, dicen que no se amarra las agujetas de sus zapatos sí el mandatario no le dice, y ha generado varios conflictos dentro de la misma bancada por iniciar operaciones políticas sin que nadie se lo pida. El último conflicto fue más que evidente en la sesión del 30 de noviembre, cuando en el cambio de la Mesa Directiva del Congreso, el diputado Juan Manuel Molina García se abstuvo de votar y reclamó que la presidencia de la diputada Eva Gricelda Rodríguez, no era parte del acuerdo de la Junta de Coordinación Política, que él observó y sin precisar detalles, sugirió que pudo haber reuniones ajenas a las oficiales, donde decidieron cambiar el plan original. Es evidente que un grupo de morenistas -e incluso dentro del PT y del mismo PAN- no pueden siquiera sostener una conversación con Molina García, lo que fue aprovechado por Morán, quien terminó operando con ellos para “tumbar” sus pretensiones de apoyar a su amiga Miriam Cano Núñez, quien era el planteamiento original para ocupar la presidencia de la Mesa Directiva. Al final, Víctor Morán, Eva María Vázquez, David Ruvalcaba, Gerardo López, Triny Vaca y Claudia Agatón terminaron trabajando juntos contra las intenciones de Molina dentro de la Jucopo, a lo que Montserrat Caballero terminó cediendo. Este movimiento lo hizo ante los rumores de un posible cambio en la presidencia de la Junta e incluso de la coordinación de la bancada del partido guinda, donde supuestamente incluirían a Molina, lo cual no fue más que eso: rumores. A este pleito se suman las evidentes diferencias entre las diputadas Rosina del Villar y Aracely Geraldo, contra su compañera Montserrat Caballero; a Molina García y Miriam Cano con Claudia Agatón, del PT; a Morán con Montserrat, entre otras rencillas.