Leonida Riva (Fabrizio Gifuni) es un hombre destrozado, pero eso no se observa de entrada, al menos no hasta qué punto.
Se sabe que sufre estrés postraumático, después de haber sido capitán de las Fuerzas Especiales en diversas misiones en Medio Oriente. Ahora, es un individuo solitario que se refugia en los calmantes. Tiene dos hijos, un adolescente de nombre Mattia (Emanuele Linfatti) y Teresa (Giada Gagliardi), una niña de apenas 6 años.
Un día, mientras van rumbo a casa de su padre, los chicos llegan primero a un restaurante y ahí es donde sucede lo inimaginable: un sujeto secuestra a la pequeña.
Ese aterrador incidente basta para despertar a “la bestia” que habita en Leonida, quien rebasa a la Policía para dar con el paradero de su hija, sobre todo a raíz de que los autores del plagio pertenecen a una banda dedicada al tráfico de personas y la trata.
El caso lleva al protagonista a los barrios bajos, pero hay una hipótesis que alimenta este thriller. De momento, como sospecha la Policía, no se sabe qué tan inocente sea el padre de la pequeña en este rapto.
Dirigida y escrita por Ludovico Di Martino, la cinta tiene buen ritmo, y aunque llega el momento en que el personaje central tiende a perder fuerza -lo cual es un problema grave cuando todo gira en torno a él-, no está nada mal si se busca una opción particularmente intensa dentro de este género. Buena apuesta, entonces, entre los estrenos de Netflix para este mes. ***
Punto final.- Tan solo por “The Mandalorian” vale la pena Disney+