El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, recibió este lunes 21 de diciembre, junto con su esposa Jill, la vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2 (que causa la enfermedad COVID-19), desarrollada por la farmacéutica estadounidense Pfizer, en conjunto con la empresa alemana BioNTech, misma que recibió la autorización de uso de emergencia por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés).
Biden había anunciado “cuando lo haga [inocularse], lo haré públicamente, para que todos puedan ser testigos de cómo lo hago”. Asimismo, afirmó que su aplicación de la dosis de manera pública sería para “demostrar al pueblo estadunidense que es seguro vacunarse” contra el coronavirus.
El presidente electo Joe Biden, de 78 años, se ha puesto ya la primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech en Delaware pic.twitter.com/Z0GcLwiOqy
— Dori Toribio (@DoriToribio) December 21, 2020
El pasado 18 de diciembre, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, recibió la vacuna contra la COVID-19, desarrollada por la farmacéutica estadounidense Pfizer, en conjunto con la empresa alemana BioNTech, misma que recibió la autorización de uso de emergencia por la FDA.
“No he sentido nada. Bien hecho”, dijo el vicepresidente de EE.UU., durante un acto público en la Casa Blanca, donde le pusieron la primera dosis de la vacuna a él, a su esposa Karen Sue Pence y al director general de Salud Pública del Gobierno estadounidense, Jerome Adams.
Pence dejó que las cámaras de televisión grabaran mientras los doctores le ponían la vacuna, que fue la primera aprobada en Estados Unidos y empezó a suministrarse el pasado lunes 14 de diciembre.
“El pueblo estadounidense puede estar seguro: tenemos una, y quizá en cuestión de horas dos, vacunas seguras y efectivas para ustedes y sus familias”, garantizó Pence, que describió el logro como un “milagro médico”.
el principal epidemiólogo del Gobierno estadounidense, Anthony Fauci, así como líderes del Congreso estadounidense y los ex presidentes Barack Obama (2009-2017), George W. Bush (2001-2009) y Bill Clinton (1993-2001), planean también vacunarse ante las cámaras.
“No tengo programado que me pongan la vacuna, pero espero recibirla en el momento adecuado”, escribió el actual presidente Donald Trump en su cuenta de la red social Twitter, el pasado domingo 13 de diciembre.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo el pasado martes 15 de diciembre, que Trump está “abierto” a ponerse la vacuna, pero cree que “la gente vulnerable debe tener acceso antes que él.
McEnany recordó que Trump se recuperó en octubre de la COVID-19 y todavía tiene en su organismo “los efectos protectores del cóctel de anticuerpos” experimental que recibió entonces. Según el diario The New York Times, el magnate neoyorqunio sigue enfocado en su negativa a asumir la derrota en las elecciones de noviembre y está poco interesado en la campaña de vacunación.
El 71 por ciento de los estadounidenses está dispuesto a recibir la vacuna contra la COVID-19, según una encuesta de esta semana de la Kaiser Family Foundation, mientras que otro sondeo de Pew indicó a principios de diciembre, que un 60 por ciento planeaba ponérsela.
El mismo viernes 18 de diciembre, el presidente Donald Trump anunció que la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por la farmacéutica estadounidense Moderna, fue avalada por la FDA para su uso de emergencia.
“La vacuna de Moderna fue avalada por abrumadora mayoría. Su distribución inicia de inmediato […] Europa y otras partes del mundo están siendo golpeadas por el virus de China – Alemania, Francia, España, Italia, en particular. Las vacunas están en camino”, indicó el mandatario de EE.UU. en su cuenta en Twitter.
El pasado 4 de diciembre, el vicepresidente Mike Pence estimó que hasta 20 millones de personas podrían ser vacunadas contra la COVID-19 en Estados Unidos para finales del presente año.