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jueves, febrero 15, 2024
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COVID-19: ¡Estamos llenos!

Diciembre ha sido el mes más crítico desde que inició la pandemia en Baja California el 8 de marzo. La gente le perdió el miedo al coronavirus y los hospitales están colapsados y los médicos cansados. Aun así, enero podría ser mucho peor, de acuerdo al escenario planteado por autoridades de la Secretaría de Salud y el IMSS

 


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Baja California iniciará 2021 con el semáforo epidemiológico en Rojo, hospitales saturados, personal de salud exhausto, récord en pacientes hospitalizados e intubados, desabasto de medicamentos e insumos, y liderando la lista de estados con incrementos en todos los indicadores de riesgo. El “reto de tres semanas” que lanzó Alonso Pérez Rico, secretario de Salud de Baja California, fracasó.

“Ya no hay camas. Si quieren que diga que ya no hay camas para que la gente se cuide, pues ya no hay. Tenemos que liberar camas porque damos de alta a pacientes, o pierden la batalla, o se van a unidades hospitalarias auxiliares”, advirtió el funcionario.


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Y continuó: “Cuando tienes el 90% de ocupación, estamos hablando de que tienes diez camas en un turno donde llegan 20 pacientes, esto es algo súper dinámico”.

El sábado 12 de diciembre el área de Urgencias Adultos y tres pisos del Hospital General de Tijuana fueron reportados como llenos por el personal de Salud, sin embargo, las estadísticas presentadas por su titular siempre han indicado que hay lugar.

En el transcurso de la semana la situación fue de mal en peor, esperas de tres a seis horas para ser atendidos, y pacientes llegando en estado muy grave de la enfermedad, quienes tienen que ser intubados casi de inmediato.

En la última semana, la ocupación hospitalaria en la Secretaría de Salud ha variado entre 83 y 89% hasta el domingo 20, cuando se reportó 93, el porcentaje más alto desde que inició la pandemia, aun con la incorporación de 157 camas más, 16 en Tijuana, 41 en Mexicali y 100 en Ensenada.

 

 

Ya desglosado, Mexicali está al 92% de su ocupación, Tijuana al 91 y Ensenada al 96, con 294 pacientes COVID; 65 en Mexicali, 168 en Tijuana y 75 en Ensenada.

Sin embargo, aunque aumentaron las camas en general a 526, en realidad, las camas para pacientes COVID disminuyeron de 374 a 332, 58 de ellas en Mexicali, aunque aumentaron 16 en Tijuana.

En Mexicali, el hospital auxiliar de la Universidad Autónoma de Baja California también está a su máxima capacidad, por lo que desde el lunes 21 de diciembre habilitaron veinte camas más en una zona alterna.

En Tijuana, los indicadores refieren que hay 16 camas disponibles, sin embargo, corresponden al cuarto piso del Hospital General de Tijuana, el cual no ha sido habilitado por problemas en los ductos de aire, así que están llenos.

“Teníamos una fecha prevista para la entrega del piso, pero hubo unos problemas con el ducto por donde pasa el aire filtrado, en ese sentido, no podíamos arriesgarnos a subir a los pacientes del tercer piso y que fallara el aire. No podemos habilitarlo hasta asegurarnos que realmente ya todo funcione bien y no haya fallas”, dijo a ZETA el secretario de Salud.

Mientras que en Ensenada, las 100 nuevas camas fueron destinadas al área No COVID, por lo que de las 78 destinadas a pacientes COVID, 75 están ocupadas. Es decir, también están colapsados.

 

 

TAMPOCO HAY MÉDICOS

A partir del lunes 21 de diciembre se habilitó nuevamente la unidad hospitalaria Zonkeys con 40 camas disponibles para pacientes que son enviados allí, en la última fase de su tratamiento. Sin embargo, en esta ocasión la agrupación Médicos sin Fronteras ya no estará ayudando al Sector Salud estatal.

“Zonkeys ya no va a ser habilitado por médicos sin fronteras, nos dijeron que eso ya no era una posibilidad para ellos, y a final de cuentas tenemos que contratar médicos auxiliares”, mencionó Pérez Rico.

Al cansancio de los médicos y enfermeras de cada institución, se agrega la renuncia de 40 doctores que acreditaron el Examen Nacional de Residencias Médicas (ENARM) y deben continuar con su formación académica en su especialidad.

La Secretaría de Salud debe contratar 44 médicos más para suplir esas bajas y 80 enfermeras de manera urgente, pero desde que se lanzó la convocatoria en noviembre, apenas van 12 contratados.

“Es difícil por la temporada invernal, por las fechas, el contratar, y se suma que muchos médicos quedaron en la especialidad y se están yendo desde antes, porque muchos dicen ‘entro en febrero y me quiero preparar’”, argumentó el funcionario estatal.

 

 

IMSS DIFIERE: SÍ TENEMOS CAMAS

Contrario a las declaraciones de Pérez Rico, Desirée Sagarnaga Durante, delegada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Baja California y San Luis Río Colorado, aseguró que ellos no están listos para decir que no hay camas:

“No estamos nosotros, de ninguna manera, en condición de decirle a la gente que no hay camas, claro que no. Estamos muy comprometidos en Ensenada, pero se está trabajando en la expansión. No hemos llegado al punto, para nada, de decirles que no haya camas”.

Al 21 de diciembre, la institución federal había aumentado camas de 416 a 437, las 21 añadidas fueron en Ensenada, municipio con mayor porcentaje de ocupación y donde solo quedan cuatro camas disponibles.

Sagarnaga Durante señaló que, para combatir ese déficit, se habilitarán algunas unidades de Medicina Familiar para atender a pacientes COVID, mientras que en Tijuana se dispondrá de la Clínica 36, ubicada en Otay, para traspasar a pacientes en su última etapa de tratamiento.

Admitió que nuevamente han tenido que cancelar consultas, atenciones y cirugías de padecimientos No COVID, para destinar esas camas a las urgencias que lo requieran.

Por otro lado, destacó que desde que se le asignó esta delegación, la encontró con un déficit de camas, pues detectó .5 camas por cada mil habitantes, cuando la meta era tener una por cada mil, aun así, recalcó que sí tienen camas.

 

 

LA REALIDAD DE LOS PACIENTES

ZETA realizó recorrido por el interior de la sala de Urgencias No COVID de la Clínica 1 del IMSS, donde se pudo observar que no solo no hay camas, tampoco espacios para colocar más.

En el área destinada para una cama, ahora hay dos, y quienes no alcanzan, son colocados en sillones reposet, tan juntos, que apenas queda espacio para que médicos y enfermeros maniobren con los pacientes.

La sala de espera de Triage de Urgencias ahora está cerrada y solo puede entrar personal autorizado. Los familiares de pacientes que ingresan, deben esperar afuera hasta ser nombrados, no importa el clima.

En un lapso de una hora, cuatro ambulancias de la Cruz Roja llegaron al área de Urgencias COVID, ubicada en el segundo piso, mientras que afuera, en la explanada, la gente empezaba a llegar poco antes de mediodía en espera de noticias de su paciente.

De estar vacía, de repente ya no cabían más con sana distancia, a menos que estuvieran muy lejos del filtro de entrada, pero entonces no escucharían cuando saliera la trabajadora social.

En punto de las 12:30 horas, salen dos trabajadoras sociales con un altavoz, y con amabilidad, piden a la gente que se dispersen y estén atentos cuando nombren a su paciente, silo puede ingresar uno por familia.

Al ser nombrados, forman otra fila antes de entrar al hospital y posteriormente pasan uno a uno para recibir las noticias de sus familiares.

Algunos salen tranquilos, otros desconcertados, se nota la incertidumbre en el ambiente, la zozobra, otros más salen devastados, con noticias fatales, solo para ir con quienes los esperan afuera, abrazarse y llorar. Ya no importa la distancia, ya perdieron a su familiar. Este escenario se vive todos los días a partir de las 12:00.

 

OPERATIVO CHAPULTEPEC

La delegada del IMSS en Baja California expuso que desde que inició la pandemia se han contratado 2 mil 700 plazas extras para atender pacientes COVID, entre médicos, personal de enfermería y otras áreas, como técnicos radiólogos y limpieza.

Asimismo, informó sobre el Operativo Chapultepec, implementado por Zoé Robledo, director general del IMSS, en el que Jalisco y Nuevo León enviarán a 50 médicos que llegarán la próxima semana. Campeche contribuirá con personal de enfermería y se espera que Tamaulipas envíe a otros 10 médicos.

Sagarnaga Durante admitió que diciembre ha sido uno de los meses más difíciles de la pandemia, muy por encima de mayo y junio, cuando se registró el mayor número de hospitalizados, y advirtió, la situación empeoraría en enero, por lo que podría reabrirse la unidad móvil con 60 camas, instalada en el estacionamiento de la Clínica 1 en mayo pasado, y 38 camas más en Mexicali.

 

 

YA NO PODEMOS PEDIR CORRESPONSABILIDAD A LA GENTE: PÉREZ RICO

“Aquí se creyó mucho que la gente iba a tener corresponsabilidad, sabemos que ya eso no es una realidad, la gente no hace caso y le pediría a la gente que sí hace caso, que se cuide”, admitió el titular de la Secretaría de Salud de Baja California, Alonso Pérez Rico, luego que el 7 de diciembre lanzara el reto de tres semanas para iniciar el año en semáforo Naranja.

En ese momento, Pérez refirió a ZETA que era posible cambiar la dirección de los indicadores, ya que, al poner medidas restrictivas en comercios y lugares de esparcimiento, sería más fácil que la gente se quedara en casa. Y después de esas tres semanas, entendió que no es posible.

Sin embargo, seguirán bajo la política de no ejercer medidas coercitivas o punitivas en contra de la gente que no use cubre bocas o no guarde sana distancia, al ser la instrucción que recibieron desde el Gobierno Federal, por lo que es posible que la ola de contagios continúe más fuerte en enero.

“Las líneas las marcaron bastante claro, es una política nacional del Gobierno de México y la Secretaría de Salud, no queremos cambiar nuestra esencia porque a final de cuentas es un estado de conciencia, si lo que se ocupa para que la gente entienda son más cierres, pues más cierres vamos a tener”, sentenció el funcionario estatal.

Por lo pronto, las medidas que se comenzaron a tomar desde el martes 22 de diciembre, es que no habrá mercados sobre ruedas en las colonias donde se registren casos activos, aunado al cierre de casinos en Mexicali, a fin de evitar más contagios.

 

Autor(a)

Ángela Torres Lozano
Ángela Torres Lozano
Soy licenciada en Comunicación por UABC, periodista desde 2008, reportera en ZETA de temas generales y especializada en periodismo de ciencia y salud, también soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia desde 2017.
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