…Y colgaron de un cordel de esquina a esquina un cartel con
banderas de papel lilas, rojas y amarillas
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Empezó ya el proceso de las elecciones y, como siempre, el último partido ganador ya
encabeza las encuestas. Los morenos ya se lamen el hocico haciendo cuentas de los “huesos” que van a alcanzar. Sus satélites PT, PES y verde, con hocico más chico, esperarán las sobras que caigan de la mesa del amo moreno. Así ha funcionado el sistema político mexicano y no hay todavía razón para cambiarlo.
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¿Y los otros partidos? El PRI está desgajado, pues sus líderes se pasaron a Morena y ya están de funcionarios; lo cual no tiene nada de raro: PRI y Morena son la misma gata, y ni siquiera revolcada. Todos los dirigentes de Morena, empezando por López Dictador, eran priistas de hueso verde, blanco y colorado, y lila ahora. El PRD misma descendencia, pero mostrándose menos sumisos.
¿Y el PAN, que duró gobernando este estado casi 30 años? ¡Qué fea derrota! Desde el 89 logró cinco alcaldías al hilo. Su debacle empezó cuando sus candidatos ya no eran aquellas gentes que ganaban una convención partidista, sino que eran designados por el gobernador o presidente en turno, ¡igualito que en el PRI! Lo peor vino cuando sus últimos diputados, designados todos ellos por dedazo, se le voltearon y se vendieron. ¡Siete de ellos, al unísono, se vendieron y aprobaron una estúpida ley de extensión de período gubernamental, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la mano en la cintura y por unanimidad, la deshizo! ¡Así de estúpida era esa ley!
Desde luego que recibieron dinero. Nos quisieron hacer creer que “chaqueteaban” por beneficio para Baja California; así lo expresaron. No creo que los que los convencieron tuvieran la capacidad intelectual para lavarles el cerebro como lo hacen los extremistas musulmanes, quienes prometen a sus ejecutores de maldades una recompensa en especie, al llegar al cielo, de 72 mujeres vírgenes a los hombres, y un hombre virgen a las mujeres; lo cual a fin de cuentas es una pendejada. ¡Ya ni hay tantas vírgenes, y menos para tanto delincuente!
Ante tal desfachatez, la dirigencia del PAN, ni tarda ni perezosa, cual Júpiter tronante, lanzó su anatema a los susodichos traidores, y con espada y dedo flamígeros los expulsó del partido, en lugar de demandarlos. ¡Nadie hubiera imaginado castigo tan cruel! Los afectados todavía se están riendo de tal castigo. Lo que hicieron éstos es un delito, y como tal debe ser castigado. Pero la dirigencia del partido no hizo ningún intento. Lo más seguro es que recibieron moche. De ahí su silencio.
Con qué cara se va a presentar el PAN a las siguientes elecciones si sigue seleccionando a sus candidatos de esa antidemocrática forma, y sin castigar como se merece a sus infractores. Y me refiero al PAN, primero, porque ha sido a lo largo de su historia el opositor más sincero y honesto, y segundo, porque aquí en Baja California, sería el único que daría sincera pelea. Tiene una base partidista que duró sosteniéndolo casi 30 años. Cuando busque y logre castigo a sus traidores, y regrese a las convenciones para elegir candidatos, podrá recuperar credibilidad de parte del electorado que perdió y decepcionó en el 18.
Atentamente,
Antonio Galván Herrera.
Tijuana, B.C.
Correo: galhantonio@hotmail.com
