La epidemia de la enfermedad COVID-19 en BC está lejos de ser un evento epidemiológico controlado o con la “espalda rota”. Si bien la estadística presentada por autoridades estatales muestra una tendencia a la baja, la realidad es que Baja California lidera también en muertes durante esta contingencia sanitaria
Para que una epidemia sea considerada controlada en una población, el índice de positividad de la enfermedad, como la COVID-19, debe de ser menor al 5%, así lo concuerdan epidemiólogos en el Estado y lo establecen los criterios de salud pública para ajustar las medidas de salud pública y sociales en el contexto del virus SARS-CoV-2 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su anexo del 12 de mayo de 2020.
Según el organismo, en sus actualizaciones respecto a la epidemia de coronavirus, los criterios están agrupados en tres ámbitos que deberían evaluarse para responder a tres preguntas principales:
Epidemiología: ¿Está controlada la epidemia? (Sí o No).
Sistema de salud: ¿Tiene capacidad el sistema de salud para hacer frente a un eventual rebrote de casos de COVID-19 tras el ajuste de algunas medidas? (Sí o No).
Vigilancia de la salud pública: ¿Tiene capacidad el sistema de vigilancia de la salud pública para detectar y gestionar los casos y sus contactos, e identificar un rebrote de casos? (Sí o No).
En ese sentido, los criterios epidemiológicos son claros y relativos al número efectivo de reproducción, es decir, contagios que causa un paciente infectado con el virus y una carga viral alta.
La disminución de por lo menos 50% durante un periodo de tres semanas desde el último valor máximo y disminución constante de la incidencia observada de casos confirmados y probables o sospechosos -como les llama el Secretario de Salud del Estado, Alonso Pérez Rico-, aunado a mantener la estrategia de realización de pruebas o se refuerzo para un porcentaje mayor de casos sospechosos, es un escenario completamente diferente al que se tiene en Baja California, pues inclusive el Centro de Diagnóstico COVID-19 que se tenía en la Facultad de Medicina de Mexicali (FMM) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), cerró sus operaciones para tomar muestras y realizar diagnósticos de COVID-19 en la Capital del Estado.
Este centro de diagnóstico realizó un total de 7 mil 057 pruebas y arrojó un índice o porcentaje de positividad del 54%. Este último dato es importante para entender que la epidemia de COVID-19 está lejos de ser controlada, pues del total de las pruebas realizadas, solo en la FMM 3 mil 810 fueron positivas, indicador que da a conocer el comportamiento de la enfermedad solamente en Mexicali.
Otro de los criterios establecidos por la OMS y que juega un papel preponderante en el propio país, no se diga en la entidad, es el del índice de positividad de las muestras, donde su principal detractor o limitador es el modelo Centinela, que establece realizar pruebas de reacción en cadena en tiempo real -conocidas como PCR- al 100% de pacientes hospitalizado y solo el 10% de los casos sospechosos ambulatorios. Es decir, de cada 10 personas que llegaron a una clínica de fiebre, a un centro de salud o al Hospital de Reconversión COVID-19 para realizarse una prueba, solo a un paciente se le tomó la muestra.
La defensa en México y en Baja California de este limitado modelo, es porque según el secretario estatal de Salud, permite identificar y conocer la tendencia de la enfermedad emergente. Sin embargo, los criterios epidemiológicos establecidos por la OMS son muy claros y señalan que para hablar del control de una epidemia o en este caso “romperle la espalda a la COVID-19”, el índice de positividad de las pruebas que se realicen, tiene que ser menor al 5%, siempre y cuando la vigilancia de casos sospechosos sea integral.
Reculan autoridades federales en solo utilizar el método Centinela
El lunes 5 de octubre, la noticia nacional del “ajuste” para contabilizar los casos de personas infectadas con COVID-19 y las defunciones por esta enfermedad fue circulada en los principales diarios del país. Se han agregado a la estadística diaria los conceptos de casos sospechosos sin muestra y defunciones sin posibilidad de resultados.
“Hemos hablado del modelo Centinela, que es un fragmento muy, muy pequeño del amplio sistema de vigilancia epidemiológica”, reconoció el subsecretario de Salud, Hugo López Gattell-Ramírez.
Y es que los métodos de vigilancia epidemiológica son vastos para poder registrar el comportamiento de la enfermedad, situación que en Baja California no sucede. El manejo de datos y cifras por parte del Secretario de Salud, es tratado y expuesto de tal manera que el discurso del doctor Alonso Pérez Rico es que se está controlando la epidemia en el Estado y se le está “rompiendo la espalda al COVID-19”. Escenario totalmente ajeno a la realidad.
A pesar de la reingeniería para la vigilancia epidemiológica en el país, Baja California permanece firme en solo dar las cifras del método de vigilancia Centinela, el cual es muy limitado y permite este tipo de información a modo por parte de funcionarios de salud en el Estado.
El epidemiólogo José Luis Alomía Zegarra ha confirmado que los rebrotes a nivel mundial ponen el ejemplo y la pauta para asegurar que la pandemia continúa, “todavía no ha terminado, por lo tanto, si en nuestra ciudad, nuestro Estado, ha habido buenas noticias de que en un momento determinado la transmisión ha disminuido, que los hospitales ya no están tan saturados como lo estaban hace dos meses, es resultado precisamente la implementación de actividades comunitarias para disminuir la enfermedad”.
Por lo tanto, con un índice de positividad superior al 60%, en BC se está lejos de tener una epidemia de coronavirus controlada.
Durante las dos últimas semanas como mínimo, menos del 5% de las muestras obtenidas de casos con síndrome gripal y analizadas en centros de vigilancia centinela dan positivo a COVID-19, esto se traduce en que dentro del marco del método de vigilancia Centinela del síndrome gripal (con definición operacional). Un porcentaje bajo de muestras positivas indica una transmisión comunitaria baja.
Este contexto deja en claro que la epidemia de coronavirus está lejos de ser controlada, pues durante una transmisión en vivo del gobernador Jaime Bonilla Valdez, en la intervención del secretario Pérez Rico, este reconoció que el porcentaje de positividad oscila entre 60 y 65, ubicando a BC con los porcentajes más altos en todo el país.
“Nuestro índice de positividad está oscilando entre eso, el más alto que hemos tenido es del 80%. ¿Cuándo teníamos el 80%? Cuando hacíamos como 10 o 15 pruebas al día. A medida que fuimos expandiendo el número el número de pruebas, que hemos tenido ese porcentaje, afortunadamente empezó a disminuir. Sí, el índice de positividad que tenemos nosotros es uno de los más altos del país”, reconocería el galeno.
La fórmula para determinar el índice de positividad en el Estado se obtiene dividiendo el total de casos positivos entre los casos estudiados y multiplicados por 100.
ALTAMENTE LETAL EN BC
Los informes que presenta Alonso Pérez Rico en las transmisiones del gobernador han pasado a ser una vergonzosa serie de cumplidos de mujeres hacia el responsable de abrir la información de la pandemia en Baja California, omitiendo por ejemplo:
* Los avances del Comité Jurisdiccional de Vigilancia Epidemiológica (Cojuve) y del Comité Estatal de Vigilancia Epidemiológica (CEVE).
* La tabla de muertes acumuladas por densidad poblacional.
* Los porcentajes de mortalidad y tasas de letalidad que en un momento se llegaron a informar.
Sin embargo, la retórica de salud consiste en indicar que la enfermedad está controlada, cosa totalmente falsa.
La tasa de letalidad en BC es de las más alta en el país, colocando a la entidad en cuarto lugar a nivel nacional por cada 100 mil habitantes, pero los informes del secretario de Salud no presentan esas tablas a los ciudadanos.
La ciencia detrás de esta estadística es a través de una simple regla de tres, en la que se multiplica el factor de 100 mil habitantes por la cantidad de muertes registradas en BC. El resultado de esta operación se divide entre la cantidad de habitantes de la entidad, de esa manera y según los datos federales que presenta el portal https://coronavirus.gob.mx/datos/ que depende del Gobierno de México, con aval de instituciones como Conacyt, CentroGeo, GeoInt Laboratorio Nacional de Geointeligencia y DataLab, Baja California tiene 3 millones 634 mil 868 habitantes y registra 3 mil 573 defunciones.
La operación con estos datos oficiales, refiere que en la región mueren 98.30 personas por cada 100 mil habitantes. De igual manera y tal como lo señalaba Pérez Rico con el índice de positividad, es una de las más altas del país, superados por Sinaloa en el lugar número tres, Ciudad de México en segundo y Tabasco en primer lugar.
CIFRA NEGRA DE COVID-19 EN EL ESTADO
Para determinar la cifra negra en Baja California, es necesario partir de que lo único que los ciudadanos sabrán de manera oficial son los datos extraídos del modelo de vigilancia epidemiológica Centinela.
Durante la comparecencia de la Secretaría de Salud, en el Congreso del Estado, el responsable de Salud arrojó una cifra muy superior a los casos de personas que han sido infectados con el virus del SARS-CoV-2, que, al día de la glosa, eran 18 mil 702 casos confirmados con un PCR positivo, pero la cifra de estimación que dio a conocer el secretario fue de más de 41 mil personas infectadas con coronavirus.
“Es una pregunta difícil de contestar, muy compleja, pero para los médicos epidemiólogos y médicos estadistas es algo muy sencillo.
Entre el dolor y la incertidumbre
El 28 de agosto, la familia de Susana inició con síntomas de COVID-19, un tío fue el primero en manifestarlo, al siguiente día su madre, Y, para el domingo 30, Susana iniciaba con sus síntomas. Solo el tío fue el que se realizó una prueba en el sector privado y dio positivo a la enfermedad. Sin embargo, Susana y su madre no lo vieron necesario, pues obviaba el contagio.
Guadalupe Susana Vásquez Becerra, de 58 años y madre de Susana, ingresó el 8 de septiembre al Hospital General de Zona Número 30 del IMSS en Mexicali. El calvario para recibir el apoyo de una ambulancia fue un factor para el fallecimiento de la mujer.
“Cómo una ambulancia tarda 40 minutos en llegar, después de haber marcado tres veces (al 911), mi mamá con una saturación de oxigeno de 47% y sintiéndose mal, sudando frío, no podía respirar. Desde un principio yo dije que era un paciente COVID, ¿por qué no van preparados?”, cuestionó Susana.
Posteriormente, narró a ZETA el proceso para llevar a su madre al hospital, donde incluso le pidieron el concentrador de oxígeno que utilizaba, ya que la ambulancia no contaba con gas medicinal.
Hay que recordar que en Mexicali solo el Departamento de Bomberos es el responsable de hacer los traslados de los casos altamente sospechosos de COVID-19. La Estación 23 fue reconvertida para atender estos casos y se encuentra al sur de la ciudad, con tres ambulancias y siete paramédicos por turno para atender la contingencia.
“Estoy 100% segura que no se le dio la atención médica adecuada en la ambulancia, desde el hecho que no traigan oxígeno”, aseveró la hija de la señora Guadalupe, quien murió con todos los indicios de la COVID-19, sin embargo, no tiene un diagnóstico, pese a que los trabajadores de salud de la Clínica 30 del IMSS aseguraron que se le había realizado una prueba, sin que ningún familiar supiera el resultado.
El certificado de defunción que el hospital entregó a Susana indica “Sospecha de COVID-19”.
Son estos casos los que se turnan al Comité Jurisdiccional de Vigilancia Epidemiológica (Cojuve).
La cifra real de pacientes con COVID-19 en Baja California, la planteó así: oficialmente tenemos poquito más de 18 mil casos confirmados desde el 8 de marzo a la fecha (sic), si no siguiéramos el método Centinela tuviéramos más de 41 mil positivos. Esa es una realidad estadística. Otro dato estadístico que le comento, los pacientes en laboratorios privados, ya en Baja California tenemos 16 pacientes con PCR positivos en laboratorios privados, pero esos no entran en el modelo Centinela”, argumentó Alonso Pérez Rico.
Sin embargo, el médico Moisés Rodríguez Lomelí, director de Epidemiología del Hospital General de Mexicali y catedrático de la materia de Epidemiología en la FMM de la UABC. estima más de 100 mil personas infectadas con COVID-19.
“Deben de ser 100 mil, ¿por qué te digo 100 mil? Porque una persona infectada, que no sabe que está infectada, pero convive sin protección, infecta a cuatro o infecta a cinco. Creo que unas 120 mil personas, fácil, eso te lo determinaría un muestreo poblacional” subrayó.
A este efecto del alcance que tiene una persona de contagiar a otras, se le conoce como Número Básico de Reproducción, la OMS lo registra como R0 o Rt y oscila entre dos y cuatro.
Es decir, la cifra más actual que presenta la Secretaría de Salud de Baja California es de 19 mil 397 casos positivos al 29 de septiembre de 2020, más los 16 casos positivos en laboratorios privados de los que informó Pérez Rico durante su comparecencia en el Estado, arrojan 35 mil 397. Y bajo el algoritmo del número del Número Básico de Reproducción de la COVID-19, se obtiene un total de 141 mil 588 personas contagiadas en Baja California.
EXCESO DE MORTALIDAD EN MÉXICO
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, que ha dado a conocer su boletín estadístico sobre el exceso de mortalidad por todas las causas durante la emergencia sanitaria causada por la COVID-19, Baja California tiene focos rojos en mortalidad.
En este informe se puede observar que, en el periodo de abril a agosto, se esperaban 7 mil 862 capturas de registro de actas de defunción en el Registro Nacional de Población (Renapo), sin embargo, se observaron 15 mil 199 actas de defunción, lo cual representa un 193% de diferencia.
Esta estadística demuestra que de las semanas 12 a 31, cuando entró la llamada Fase 2 de esta contingencia sanitaria, se esperaban 7 mil 972 muertes en BC, pero se observaron 14 mil 353, generando un exceso de mortalidad de 6 mil 652 (86.4%).
Sobre estos datos, autoridades de salud o el Ejecutivo no han emitido un solo posicionamiento, como si prefirieran ignorar datos palpables y comprobables por las propias autoridades federales.
REBROTES
En la Dirección de Administración Urbana del Ayuntamiento de Mexicali, se presentó un brote de cuatro personas que dieron positivo a COVID-19. El titular Juventino Pérez Brambila confirmó los contagios.
“Algunos de ellos inician desde la semana pasada, pero es una cuestión aleatoria, no es un grupo específico. Obviamente estamos teniendo todas las medidas de control sanitario”, expresó el funcionario.
Esta situación se ha venido presentando conforme se van relajando las medidas de salud en todo el Estado, donde el propio secretario de Salud ha confirmado que el incremento en casos activos en todos los municipios, está directamente relacionado con las aperturas que se han venido dando.
Sin lugar a dudas, el distanciamiento social y las medidas de higiene son fundamentales para evitar los contagios de esta enfermedad emergente.
LOS QUE NO SE CONTARON
Una de las labores que se tendrán que seguir de cerca son los trabajos del Cojuve y del CEVE, encargados de contabilizar todas aquellas defunciones por COVID que cumplían con todas las características, pero nunca tuvieron una prueba de PCR en tiempo real. Es decir, todas aquellas que murieron en casa, en vía pública y en los Centros de Readaptación Social.
Los últimos datos oficiales referían 566 expedientes a revisar en este escenario, donde los familiares de personas fallecidas tienen un certificado de defunción que señala un deceso por posible COVID-19. De esos 566 expedientes se han revisado 122 y solo siete han sido negativos. Es decir, 115 personas fueron declaradas muertas como posible caso de coronavirus y ahora son parte de la estadística de muertes por esta enfermedad. De acuerdo con el jefe de Epidemiología de la Secretaría de Salud, Efrén Zazueta, esa será la tendencia.
El compromiso de la Secretaría de Salud del Estado es tener los resultados para finales de 2020, y una de las críticas del titular de Salud estatal, es la cantidad de expedientes que el Instituto Mexicano del Seguro Social registra de posibles defunciones por COVID-19, que superan las 400.