La periodista y escritora argentina documenta la sangrienta administración de Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de México entre 2006 y 2012, en su nuevo libro “Felipe, el oscuro”, publicado este año por Grupo Editorial Planeta.
Con una nutrida bibliografía que incluye libros, medios mexicanos y extranjeros, así como entrevistas y confesiones secretas, en su investigación Olga Wornat desmenuza al cruento sexenio calderonista, aunque advierte en la edición:
“Este libro, escrito entre 2011 y 2012, no es una biografía de Felipe Calderón, responsable del trágico derrumbe del país y cómplice de los actos criminales de sus funcionarios. Actualizado con los datos esenciales, es una pintura del sexenio más triste y devastador del México contemporáneo. Es una historia de traiciones, codicias, contubernios, mafiosos, amores y odios, intrigas y muerte”.
Una veta periodística que Wornat explora en su obra literaria, es sobre los nexos con el crimen organizado que habría mantenido Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública Federal, mismos que habrían sido conocidos por el ex mandatario.
Concretamente, en “Felipe, el oscuro” Wornat se refiere al General Tomás Ángeles Dauahare quien habría revelado en 2008 a Calderón cómo García Luna habría mantenido vínculos con el Cártel de Sinaloa que lideraba Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“Al General Tomás Ángeles Dauahare le fue peor: pagó con la cárcel decir la verdad y se transformó en otra víctima de Felipe Calderón. Con una carrera intachable, sobrino nieto del héroe de la Revolución Felipe Ángeles, ocupó la Subsecretaría de la Defensa entre 2002 y 2008, cuando pasó a retiro. El 9 de mayo de 2008, fue convocado a una reunión con Calderón en el despacho presidencial de Los Pinos. El General, que de esto sabía mucho, le reveló al mandatario los detalles de los nexos de Genaro García Luna con el Cártel del Pacífico y le manifestó su desacuerdo con la estrategia implementada para el combate al narcotráfico. Felipe Calderón, visiblemente molesto, le pidió al General que le enviara todo por escrito y este cumplió con el encargo”.
Cuando ZETA le inquirió a Olga Wornat si Felipe Calderón sabía de los nexos de García Luna con el Cártel de Sinaloa, confirmó:
“Sí, por supuesto que sabía, lo sabía de siempre, lo sabía de entrada, lo sabía de antes y lo sabía porque el Cártel de Sinaloa habría puesto plata para la campaña; esto es lo que me dicen a mí mis fuentes, porque son esas fuentes militares. Genaro García Luna venía siendo investigado por un grupo de militares desde que estaba en la AFI (Agencia Federal de Investigaciones) de (Vicente) Fox (Presidente de México 2000-2006); él pasa en automático a la Secretaría de Seguridad Pública, en la que se crea para la guerra contra el narco en el sexenio de Calderón, pero claro que sabía, lo sabía todo el mundo; todo el mundo lo sabía.
“Es más, te digo, yo entrevisto a un jefe de la DEA que había trabajado, que le había tocado estar en México en los 90, investigando en lo que es toda la zona de Quintana Roo y le tocó trabajar con García Luna; García Luna todavía no tenía un cargo alto y ya sabía la DEA, por lo menos lo que él me manifiesta -un cubano americano- es que ya le tenían desconfianza, porque en ese momento Genaro García Luna estaba vinculado al cártel de Amado Carillo Fuentes o al Cártel de Juárez, estamos hablando de los 90”, agregaría la autora en enlace telemático con este Semanario.
“Por cada vez que iban a ir a un lugar, había un pitazo, y el pitazo lo daba García Luna. Y hubo episodios que él me cuenta que fueron complicados. Cuando yo le digo: bueno, pero si sabía y él daba el pitazo, ¿por qué trabajaban con él?, ¿por qué no lo denunciaba? Me acuerdo que dijo: ‘Porque a veces es necesario, para avanzar, bailar con el diablo’. Estamos hablando de los 90”, concluyó Olga Wornat.