El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, dio a conocer que en México 697 mil 663 personas se han contagiado de COVID-19 y 73 mil 493 ya perdieron la vida a causa de la enfermedad respiratoria.
Se trata de 3 mil 542 contagios confirmados y 235 decesos más que los reportados ayer sábado 19 de septiembre, tomando en cuenta que las cifras respectivas fueron de 694 mil 121 y 73 mil 258.
López-Gatell mencionó que el último reporte de personas hospitalizadas en razón del coronavirus COVID-19, es de 9 mil 107, de las cuales precisó que no necesitaron respiración artificial, mientras que 2 mil 481 fueron ingresadas en estado crítico, por lo que requirieron ser intubadas.
Dijo que para pacientes de COVID-19, se cuenta con una disponibilidad de 21 mil 414 camas de hospitalización general y 7 mil 925 unidades con ventilador.
A decir del subsecretario, mientras que en la semana epidemiológica 29, había una positividad de 57% de casos, lo que representó que “casi 6 de cada 10 personas con síntomas de COVID tenían infección”, para la semana 37 (hace dos semanas), la positividad se redujo a 37%, lo que significó que “menos de 4 de cada 10 personas” con síntomas, estaban infectadas.
López-Gatell igualmente informó que durante 7 semanas consecutivas el número de camas en uso, ha venido disminuyendo. Destacó que en el caso de las unidades de hospitalización general, sólo Nayarit se encuentra por arriba del 50% de ocupación y que tratándose de las camas con ventilador, ninguna entidad supera ese porcentaje.
En conferencia de prensa celebrada en Palacio Nacional, el funcionario federal también expuso que los niveles de mortandad por el padecimiento comenzaron a reducirse desde la semana 27.
Adjudicó que al igual que en Europa, la disminución ha tenido que ver con el manejo médico de la epidemia, la oportunidad de detección y atención, la calidad de la atención, los mecanismos con los que se atiende a los pacientes, el monitoreo temprano y la invasión no invasiva, entre otras medidas.
En ese sentido, sostuvo que a nivel nacional, entre las semanas 36 y 37, el decremento de fallecimientos fue de 60%.
Finalmente profirió que con todo y que parte de las camas que ya no se han usado para pacientes de COVID-19, se destinan para atender a personas con otros padecimientos, no se ha perdido la capacidad para hacer una reconversión inmediata, en vista de que en octubre empieza la temporada de influenza, lo que puede traer consigo un incremento en materia de afectaciones respiratorias, incluyendo casos de COVID-19.
