El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, dijo que la administración federal quiso “guardar la carta del endeudamiento precisamente como una segunda línea de defensa en caso de que hubiera un segundo rebrote (de coronavirus) y entonces tuviéramos que tomar acciones más agresivas con respecto a la economía”.
Al participar en el Encuentro Digital organizado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) este 21 de septiembre de 2020, el funcionario federal dijo que en un principio se evitó incurrir en endeudamiento adicional, puesto que no estaba claro cómo éste podría incentivar la economía mientras la población estuviera confinada.
Aunque consideró que persiste la incertidumbre ante un rebrote de la enfermedad respiratoria, lo que es claro es que de suceder tendría “un impacto muy fuerte sobre la actividad”, por lo que la Secretaría de Hacienda decidió “guardar la carta del endeudamiento como una segunda línea de defensa”.
El funcionario destacó que en los últimos diez años la deuda pública se incrementó con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) dejando un menor margen de maniobra al gobierno de López Obrador.
Según datos de Hacienda, el saldo de la deuda sumó 12.07 billones de pesos, para ubicarse en 52.1 por ciento del PIB. Mientras que antes de la epidemia de coronavirus se ubicaba en 44% del PIB, y algunos especialistas estiman que al final de 2020, está ascenderá al 60% del PIB.
Por otro lado, Yorio resaltó el esfuerzo del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para intentar compensar la caída de ingresos derivada de la contracción económica, como producto de la contingencia sanitaria.
En su opinión, el Paquete Económico 2021 que Hacienda envío al Congreso de la Unión el pasado 8 de septiembre es una propuesta austera y prudente, que no genera desequilibrios y contribuye a la estabilidad macroeconómica, por lo que ha sido bien recibida por los mercados internacionales.
GOLDMAN SACHS ESTIMA QUE ECONOMÍA MEXICANA CAERÁ 9.8%
El grupo de banca de inversión Goldman Sachs recortó su expectativa de crecimiento para México, de -8.5 a -9.8 por ciento del PIB para 2020, derivado de la “significativa” caída de la demanda externa de bienes y servicios, menores precios de materias primas, y el “severo” impacto en la demanda interna producto de las medidas de distanciamiento social por el coronavirus.
A ello, se suma la respuesta “decepcionante” de las políticas macroeconómicas de México en comparación con otros países latinoamericanos.
Aunque reconoció al Banco de México (Banxico) por haber anunciado un paquete integral para respaldar el crédito y la liquidez del sistema financiero, ha sido “notablemente conservador en la calibración de la política monetaria; con un 4.5 por ciento” aun cuando el país todavía tiene una de las tasas de política monetaria nominal y real más altas de los mercados emergentes.
Con información de El Economista y El Financiero
