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viernes, febrero 16, 2024
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Cancelar el ciclo escolar

Aun con el sistema presencial, en México no hay competencia educativa, como lo han evidenciado de manera constante los resultados de la prueba PISA, mediante la cual la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mide el aprendizaje de los estudiantes y sus habilidades para aplicar el conocimiento.

De acuerdo con este Programa Evaluación Internacional de los Estudiantes, México clasificó nuevamente por debajo de la media en 2019:


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* 45% de los alumnos no entienden lo que leen. El promedio en el resto de los países es de 23%.

* 56% no aprenden lo suficiente en matemáticas. El promedio internacional fue de 24%.

* Únicamente 1% mostró niveles de competencia elevados en por lo menos un área de conocimiento. En las economías asiáticas, el 40% de los alumnos alcanzó altos niveles.


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* 35% de los estudiantes mexicanos ni siquiera reunió el nivel mínimo de competencia.

Con esos antecedentes, el gobierno mexicano pretende que estos alumnos, que tienen un acceso inequitativo a las plataformas tecnológicas y al igual que sus maestros no han recibido capacitación y por lo tanto no tienen hábitos o técnicas de estudio en línea, aprendan solos, desde casa, con un asesor de larga distancia.

La Federación ordenó el reinicio del ciclo escolar online, como si estos estudiantes con evidentes deficiencias académicas, hubieran sido formados para la autonomía.

En México, de cada 100 niños que ingresa a primaria, 73 llega a la educación media pero solo 47 la terminan, y de estos, solo 17 llegan a la universidad.

Desde hace 10 años, un promedio de 800 mil niños egresados de primaria deserta de secundaria, y ahora actúan como si esos alumnos tuvieran la disciplina, organización y auto exigencia que requiere la formación online para tener éxito. ¿O no esperan salir victoriosos?, porque al mismo tiempo pidieron a los maestros que si los niños y jóvenes no atienden el inicio de clases, vayan a buscarlos a sus casas y los convenzan de regresar.

De hecho, ya hay estadísticas de las deficiencias, tras la primera fase del programa “Aprende en Casa”. El Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad realizó una encuesta en mayo, e informaron que el 71% de los encuestados (mil 680) se dijeron satisfechos. Lo que no mencionaron fue que, de ese total, solo el 52% (874 personas) vivía con menores de 0 a 17 años, que son los usuarios del programa.

El 78.6% de los hogares respondió que tuvieron problemas para continuar con educación: 48% por falta de computadora o internet; 31.4% por la falta de apoyo de maestros; 21.1% porque se distraen; 17.1% la falta de conocimientos; 14.9% la falta de libros y material didáctico. Solo en el 13.6% de los hogares encuestados hablaron de excelencia en el proceso.

Entonces, resulta que este sistema en línea avala el acceso al modelo educativo, pero de ninguna manera garantiza la enseñanza o fomenta la participación, menos aún las habilidades prácticas. ¿Cómo suplir los laboratorios?, ¿cómo garantizar que el alumno tenga un espacio adecuado para estudiar, suplir el apoyo que necesitan de los padres de familia en las jornadas escolares?, cuando estos regresaron a trabajar en la nueva normalidad.

Al final, un porcentaje importante de alumnos terminan buscando las explicaciones o la respuesta de las tareas en internet. Lo que redunda en una formación deficiente, que difícilmente soportaría las pruebas presenciales, eso sí, con buenas calificaciones.

En abril, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) evaluó sus clases virtuales, solo 1 de cada 10 reportó haber recibido todas sus clases. El 67% admitieron no haberse adaptado, y otro 66% dijo que su acceso a internet fue deficiente.

Y como vergonzante botón, el examen de admisión a la Universidad Autónoma de Baja California realizado de manera remota el lunes 17 de agosto y cancelado al día siguiente: uno, porque las repuestas de la prueba se publicaron en redes sociales con anticipación; y dos, porque la plataforma tuvo muchas fallas durante la prueba. Ahora se realizará de manera presencial del 24 al 28 de agosto.

Sin formación para la educación en línea y sin el acceso a la tecnología necesaria y con habilidades de aprendizaje deficientes, la inversión de 450 millones de pesos para que las televisoras se incorporen al programa “Aprende en Casa” no salvará el año escolar.

Con estos antecedentes, el panorama educativo es desalentador, lo honesto sería cancelar el ciclo educativo y evitar el inútil desgaste del presupuesto, de los maestros, de los alumnos y sus padres. Porque sin importar los dieces en las boletas de 2020, la realidad saldrá a relucir en la próxima prueba PISA de la OCDE.

Tratándose del sistema escolar, la enfermedad COVID-19 ha dejado claro que lo sano y necesario es buscar la manera de invertir esfuerzo y recursos en acrecentar las habilidades de la educación en línea para educadores y educandos. Además de ampliar el acceso de los integrantes del sector educativo a los servicios digitales.

Si bien el Gobierno de México ya tomó una decisión, corresponde a los padres de familia y sociedad organizada proponer y reclamar lo que consideren mejor para sus hijos y para el destino de sus impuestos.

Autor(a)

Rosario Mosso Castro
Rosario Mosso Castro
Editora de Semanario ZETA.
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