Esta película llegará a la lista de estrenos de Netflix el último día de este mes de julio, y no hay que perderla de vista. En estos tiempos donde la intolerancia parece acentuarse, viene el caso de August Pullman, mejor conocido como Auggie, un niñ que por primera vez irá a una escuela convencional tras someterse a 27 cirugías para corregir en la medida de lo posible una grave deformación cráneo-facial.
Jacob Tremblay es el jovencito responsable del protagónico, mientras que sus padres son interpretados por Julia Roberts y Owen Wilson.
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El filme, bien dirigido por Stephen Chbosky, es una excelente opción de entretenimiento familiar en una época de gran estrés. No solo es el hecho de que la mayor parte de la acción se desarrolla en una escuela primaria, con las ocurrencias de los niños que poco a poco se acercan al chico nuevo con gran recelo. Algunos con crueldad, por supuesto, pero todos van rumbo a la misma conclusión: a Auggie no se le puede tratar igual que a los demás porque es un niño extraordinario.
Para llegar a esta conclusión, el realizador trabajó perfectamente con Tremblay, el brillante actor de “La habitación”, apoyándose en la experiencia de dos veteranos del cine como Roberts y Wilson para sostener esta historia basada en el best seller de Raquel Jaramillo Palacio.
Aunque el libro profundiza mucho más -y esto es afortunado- en la desventaja de una sociedad que sigue valorando a una persona por su aspecto físico, Chbosky evidentemente optó por resaltar las virtudes del personaje que, a final de cuentas, lo distinguen del resto de los chicos de la escuela.
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El resultado es agradable, aunque debió dar mayor pauta a una reflexión más profunda sobre el ostracismo social a raíz de un padecimiento físico, tema que sigue presente en estos tiempos. Sin embargo, la opción es muy recomendable por sobradas razones, entre estas, el excelente trabajo del niño Tremblay. ***
Punto final.- Un tequilita y el documental “Chavela”, otra buena combinación en Netflix.
